La nueva ley del aborto
Mi buena amiga Margarita Fraga Iribarne me envía este artículo para que lo difunda y que no tiene desperdicio, así que ni pongo ni quito. Solamente digo que estoy plenamente de acuerdo con ella. La carta dice así:
La reforma de la Ley del aborto presentada por el Sr. Ruiz Gallardón no es perfecta, pues solo lo sería si propusiese el aborto cero.
Pero tiene un gran valor al haber conseguido romper la Ley del silencio que envolvía al aborto, considerado ya por una parte de nuestra sociedad y, en especial, por muchos políticos como una realidad asumida pacíficamente por casi todos.
Cuando en el siglo XIX se consiguió la abolición de la esclavitud, ejercida como derecho del más fuerte desde el principio de la Historia, no se dejó fuera de la posesión del derecho a la libertad ni a los enfermos ni a los mal nacidos.
Los Derechos Humanos son UNIVERSALES. Y el primero de estos derechos, imprescindible para poder ejercer los restantes, es el Derecho a la Vida.
Hace unos días el Sr. Ruiz Quintano escribía en el Diario ABC con toda claridad, en su columna, una verdad incuestionable: Porque abortar es matar.
Y al difunto le es indiferente que su muerte haya sido procurada por güelfos o por gibelinos.
Mientras se derrame legalmente una sola gota de sangre inocente, a petición del populacho, enardecido por los fariseos que, bajo capa de protección a la mujer, buscan pingües ganancias y poder esta sangre cae sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
Las consecuencias de los 300 abortos realizados legalmente cada día en España son evidentes: inversión de la pirámide poblacional, envejecimiento de la sociedad, falta de relevo generacionaly un largo etcétera de carencias y soledades.
Defender el aborto no es un tema apolítico, pues se da, como estamos viendo, en todos los partidos, ni aconfesional, pues las religiones diversas lo enjuician y puede ser admitido o condenado por creyentes y ateos.
NO MATARÁS es ley natural y el católico debe sentirse involucrado especialmente en la defensa de la vida humana, al saber que, como decía el Papa emérito Benedicto XVI: No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo