A la unidad de ictus del HUCA
Aprovecho esta oportunidad que nos da LA NUEVA ESPAÑA para hacer público mi agradecimiento a la unidad de ictus del HUCA, sexta planta Este. Con motivo del ingreso y posterior estancia de mi padre, Nicanor Álvarez Alonso. Ingresó la noche del 30 de noviembre de 2013; agradezco a la médica de guardia esa noche en Proaza su trabajo, que rápida y acertadamente diagnosticó el ACV. La ambulancia nos trasladó en seguida al HUCA, donde entró por urgencias a las 5 de la mañana y, posteriormente, quedó ingresado en la unidad de ictus, donde estuvo seis días y sus noches, pasando luego a planta (habitación 603), donde estaría otros 38 días.
Muchísimas gracias al doctor y director de la unidad don Sergio Calleja por su amabilidad, trato y buen hacer; esto lo hago extensivo a los doctores Ramón y Morís, al neumólogo, los fisioterapeutas, las doctoras de guardia; todos en todo momento estuvieron asequibles a nuestras dudas y preocupaciones y no escatimaron pruebas y medicinas para ayudar a papá en su enfermedad.
Muchísimas gracias también a las enfermeras, auxiliares y limpiadoras de la planta, por su amabilidad y trato siempre cariñoso con papá y con nosotros. A todos ellos, darles las gracias de corazón. Aprovecho para reivindicar una sanidad pública de todos y para todos.
Al final, después de luchar 44 días y sus noches, no pudo ser, y luchaste, vaya si luchaste, ¡eh papá!, como un jabato, como siempre.
Al final, cuando ya no podías hablar nos apretabas la mano y nos guiñabas un ojo... Dar las gracias también a toda mi familia (gracias especiales a Viti), a todos los amigos y vecinos que nos acompañaron en este doloroso trance.
Os paso una pequeña poesía que le hice a papá una de esas noches...
«Los ojos de mi padre»
Los ojos de mi padre / ¿son verdes o azules?/ No sabría decirte.../ A veces luz verde esmeralda,/ otras azul celeste en calma o /gris caliza; ¡tormenta desatada!/ Cambian con su humor,/ y en cada estación./ Muchas veces mirada dulce,/ que acaricia;/ otras dura, que regaña / Pero siempre, siempre, siempre:/ nobleza infinita reflejada./ No te vayas papá,haces falta./ ¡Dios!/ Vete, papá y descansa.
Margarita Álvarez García
Proaza
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