Necesitamos otra Constitución
Nuestra constitución tiene 35 años, más de la mitad de los electores actuales (todos los que tienen menos de 53 años) no han tenido ocasión de participar y decir sobre ella. Además fue aprobada después de muchos años de dictadura, en una transición donde quienes más cedieron fueron precisamente los demócratas ante los residuos numerosos del franquismo que disfrazados entraban en el juego electoral.
Quiere decirse que fue una Constitución consensuada pero con lagunas democráticas importantes, que debieran ser cambiadas e introducir normas y leyes acordes a los tiempos que vivimos. Muchos recurren al tópico de que fue votada, cuando todos sabemos que quienes votaban por aquel entonces en su mayoría estaban muy verdes en cuanto a democracia, libertades, derechos, etc. Ahora sí es el momento, la gente está prevenida e instruida para decidir.
Algún apartado imprescindible en la nueva constitución: Artículo esencial, estricto cumplimiento de la constitución en toda su extensión. Obligación de cumplir con programa electoral y si no irse por donde vinieron, no se puede jugar a demócrata y engañar para ganar, es un fraude en toda regla. Que todo cargo público tenga por bien entendido que está para servir, no para servirse. También expulsión inmediata del cargo cuando existan indicios, sospechas o dudas de su honorabilidad. Introducir Primarias obligadas en todos los partidos. Voto oculto en el parlamento para que los diputados tengan autonomía propia y no estén presionados a votar por el dedito levantado de quien les dirige como a perfectos zoquetes. Votar cada cuatro años si queremos seguir manteniendo Monarcas, Príncipes e Infantas. Disminución del número de políticos electos. Introducir a mitad de legislatura revalidas a todos nuestros representantes. Justicia y policía judicial independiente del poder político. Intolerancia y castigo duro contra la corruptela, despilfarro y Fraude. Lo mismo para la evasión de capitales, fiscal y la economía sumergida. Que lo de la vivienda y trabajo digno sea de verdad. Que quienes estén limitados, inválidos, disminuidos, los menos capaces, enfermos, viejos y niños tengan protección total del estado. También necesitamos eliminar esta reforma laboral cruel de inmediato, por otra donde la dignidad de los trabajadores esté protegida, que cuando el empresario por razones justas e irremediables tenga que despedir, sea amparador el estado de la parte más débil o de ambas si así coincidieran. Proteger nuestra Sanidad y Educación pública. Lo mismo para Pensiones y servicios sociales. Necesidad de mayorías reforzadas del 75% para Leyes y normas y reformas, eliminando así las mayorías absolutas que siempre se convierten en dictaduras en toda regla. Limitar los mandatos. Renta básica para las familias imposibilitadas de ganarse la vida. En tiempos de crisis que sean los que más tienen sobre quien recaiga la parte fuerte de presión fiscal para una recuperación rápida, y no como ahora que ellos les va incluso mejor mientras los pobres rescatan bancos, les desahucia, roban sus ahorros en preferentes y se les despide con una crueldad que alguien llevará sobre su conciencia cuando se dé cuenta que para el otro barrio no podrá llevarse nada de lo que aquí acumuló.
Podríamos extendernos mucho más, solo son pinceladas de insuficiencias detectadas en nuestra constitución. Que decir de todo lo relativo a las nuevas tecnologías que como saben por aquel 1978 no había lugar. O dejar bien claro que la Soberanía de España solo pertenece a los españoles, nada de intromisiones de personajes que hace poco nos llamaban vagos, dormilones de siesta y juerguista de profesión. ¡Un poco memos somos! dejamos nuestra economía en manos de quienes nos insultan ¿Qué podemos esperar bueno de ellos? Nada.
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