Política nacional
No deja de resultar sorprendente la manera en que muchos medios abordan la cuestión catalana. Estoy convencido de que, salvo algunas excepciones, no se trata de algo premeditado, sino que es consecuencia de la urgencia, del repente, que son el signo de los tiempos que nos tocan.
Me refiero al florecimiento de titulares del tipo "Cataluña independiente tendría una deuda de 50.000 millones de euros", "Cataluña sería un 30% más pobre si se independizara", "Bruselas advierte que una Cataluña independiente saldría del euro", y otras cosas similares, dando la impresión de que el asunto no es sino un problema económico más, de esos que ha traído la Crisis, así, con mayúscula, hipostasiada, que es el clavo ardiendo al que se aferra quien no tiene más argumentos.
-¡Uy!, estos tomates no me saben a nada.
-Mire usté, es cosa de la crisis.
-Ah, bueno, pues ya se queda uno más tranquilo.
Pues miren ustedes, señores, el problema que plantean los independentistas no es de tipo económico. No negaré -no caeré en tan burdo error- que 'la pela' también tiene su lugar en el asunto. Pero, desde luego, no es el más importante. Ante todo, se trata de un problema político; lo que requiere es que se haga política. Y politica nacional, oigan.
Rajoy llegó a Moncloa convencido de que la Crisis española era sólo cuestión de ajustar números, y para eso, con cumplir la voluntad de Europa --otra entelequia construida en torno a una moneda-- pues ya bastaba. Pero resulta que en España había más problemas y claro, como no son económicos, sino políticos, Europa ha dejado claro a Rajoy que eso sólo le incumbe a él.
Pero a Rajoy, miren por dónde, no le gusta la política. Qué le vamos a hacer.
-Soraya, ¿eso cómo se hace?- preguntará él, agobiado.
-¿Por qué no miras la Constitución, a ver si pone algo?
-Uff, no sé, no sé -dubitando, como buen gallego-. Además ahora ya estoy con el Evangelio. Mira, llama a Margallo y que siga ocupándose él.
-Bueno, ya sabes que yo esto lo veo más un problema de Interior.
-Ya, pero a Jorge no puedo cambiarle la agenda, porque sino le cierran los Jerónimos y se queda sin rosario. Además así ya se sabe cuál es la postura del gobierno.
-Pues también es verdad.
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