Con silla y sin coche
Estimado señor alcalde de Oviedo:
Imagino que conocerá la célebre frase "el que fue a Sevilla perdió su silla".
Pues bien, en nuestra querida Vetusta por conseguir una silla se pierde un coche.
Resumo sencillamente los hechos ocurridos en una tarde lluviosa de enero en la calle Fray Ceferino.
Dado que llovía copiosamente, aparqué mi vehículo no más de cinco minutos en una zona de carga y descarga para recoger una silla en una mueblería. La susodicha silla era un regalo para mi señora y yo volvía feliz para meterla en el maletero y regresar a casa, olvidándome de que los servicios municipales de nuestra querida ciudad están ávidos de recaudar.
Me encontré con una silla y sin coche.
Imagino que lo de carga y descarga debe de fomentar precisamente el que los ciudadanos puedan realizar compras de material voluminoso y poder (dado que toda la ciudad es casi peatonal) recoger las mercancías adquiridas.
Agradecido por haber tenido que comprar dos sillas, una la pagada a su Ayuntamiento y la otra la real. Queda usted invitado a compartir en tertulia mi triste experiencia comercial en la ciudad.
Evidentemente, la próxima vez compraré fuera de la ciudad para no pagar dos sillas, una de ellas al eficiente servicio de grúa de nuestra benemérita ciudad.
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