«Hacienda somos todos», dicen ellos, los de Hacienda
Hacienda, en actitudes y normativas, suele sorprender con impertinencias, al menos con hechos que a muchos ciudadanos de a pie nos parecen no pertinentes para un ente público de un Estado democrático de derecho, como queremos que sea nuestro país.
La última –o una de las últimas, porque tampoco es que yo esté enterado de todo lo que se lleva a cabo allí día a día– es que sus jefes han decidido que la manera de presentar las declaraciones trimestrales de IVA y del IRPF es únicamente por internet. Nada de papeles, así ellos –los de Hacienda– se ahorran trabajo y papeles, pero de esa manera muchas decenas, centenares de miles, quizás millones de personas, que no están duchas en un uso de informática de cierto nivel, no sabrán hacerlo, pues hay que sacar un código personal en una difícil página web de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, luego ir en persona a la Delegación de Hacienda para obtener la firma electrónica, y así se accede a la posibilidad de continuar peleándote con un complicado sistema de datos, tu solito en tu ordenador, en tu casa. ¿Todo ciudadano debe tener ordenador? ¿Debe saber manejarlo y usar programas que, en períodos muy breves de tiempo, cambian sin cesar? ¿Tiene que disponer de los medios accesorios de mantenimiento? Me parece que no, que todo eso no es exigible para ser un buen ciudadano. Todo eso será exigible a un profesional del gremio, pero no a un contribuyente, que demasiado tiene que hacer con ganarse la vida en sus cosas, además de pagar impuestos.
Desde luego, Hacienda no ha facilitado nada de eso, ni siquiera la posibilidad de enseñar a sus usuarios cómo hacerlo. Simplemente lo exige. Aunque añade: «No se preocupen, si presentan sus declaraciones tarde por las dificultades sólo serán multados con el 5% de recargo». Hacienda, que en teoría es una institución pública de un Estado democrático de derecho, se comporta como el señor marqués de antaño, y castiga a sus súbditos, pero es un marqués bueno, pues solo lo hace «con el 5% de recargo».
La solución para miles –¿o millones?– de contribuyentes obligados a pagar los impuestos es acudir a expertos, a gestorías y asesorías, que realizarán sin ningún problema esos trámites, pero, como es lógico, cobrando sus honorarios. Y el señor marqués de Hacienda no descuenta esos gastos de los impuestos que el ciudadano tenga que pagar, por supuesto. Allá el contribuyente con sus problemas... Pero no hay que preocuparse, porque «Hacienda somos todos».
Ángel García Palacios
Oviedo
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo