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Reflexiones con motivo de la muerte de Luis Aragonés

11 de Febrero del 2014 - Coro Junquera Lantero (Oviedo)

A mí me caía bien, con su mal genio, mal encarado y, presupongo, difícil trato. A pesar de todo, a mí me caía bien.

Su valía en el mundo del fútbol tendrá sus defensores y sus detractores, pero lo que es indudable es que ha sido una persona importante en el deporte.

No entiendo de fútbol, ni de casi ningún deporte, y por eso quizá no comprendo muchas de las cosas que pasan dentro de él, ni de cómo nuestra sociedad, en su mayoría y generalizando, ve con ojos distintos todo aquello que atañe al fútbol. Porque no es algo aislado, un oasis dentro del desierto de todo lo demás, el mundo del fútbol está dentro de nuestro día a día, de nuestras noticias, nuestros centros de poder, nuestras ilusiones y nuestras decepciones.

Por eso, ¿cómo es posible que esta sociedad, tan reactiva ante otras muchas cosas que suceden en ella, se quede quieta y callada ante todo o lo poco de lo que nos enteramos sucede en el fútbol español?

Porque aquí no sólo hay once de un equipo contra otros once de otro equipo jugando en un campo. No, aquí hay ejercicio de poder, corrupción, intereses creados, influencias, dinero que va y viene, mucho dinero, patadas en las espinillas (y no precisamente en el campo), envidias, odios, venganzas, relaciones internacionales, etcétera, etcétera.

Que los clubes de fútbol sean sociedades anónimas no es disculpa para no entrar en profundidad en todo esto; que el fútbol arrastre pasiones no debe cegarnos y dejar de hacer una crítica constructiva y a poder ser abierta y pública de todo lo que además de deporte pasa alrededor del fútbol.

Ya sé que una cosa es la Primera División, con sus especiales características y más propensa parece ser a todo esto, y otra cosa las demás divisiones hermanas pobres de la Primera y donde se ve con mucha más facilidad el verdadero deporte, que a veces no sólo cuesta sudor, sino también sangre y lágrimas.

Nada debe haber en la sociedad que sea intocable y mucho menos el deporte, que bien entendido es una de las cosas más placenteras de esta vida, tanto cuando se ve como espectador como cuando se practica.

Pero cuidado con lo que se permite, con lo que se pone de ejemplo a nuestros hijos pequeños; cuidado, porque a veces tiene «trampa».

Coro Junquera Lantero

Oviedo

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