A favor del Montepío de la minería

En referencia a la opinión realizada en cartas al director por Florentino Fuente Álvarez, de San Martín del Rey Aurelio, referente a la reciente decisión adoptada por la dirección del Montepío de la Minería para expulsar a la denominada plataforma de críticos que denunció en 2003 la operación de compra del edificio apartotel que la entidad tiene ahora en Roquetas de Mar (previa venta de 61 de sus 295 apartamentos en Los Alcázares) manifestar que:

Como mutualista, suscribo al 100% la decisión de la dirección del Montepío, que preside José Antonio Postigo, de iniciar el proceso de expulsión de los llamados críticos, plataforma constituida en la actualidad por únicamente cuatro personas, tras el fallecimiento de dos de ellos, el abandono por parte del hermano del presidente y la renuncia de dos de las personas que integran el acto de constitución de este colectivo, una de ellas la tesorera, que advierte, según carta leída en la última asamblea general del Montepío, que no va tolerar que se utilice más su nombre para más campañas de hostigamiento al Montepío. Eso por no citar la cantidad de personas que en su día colaboraron económicamente con la plataforma, en la buena fe de pensar que había pasado algo (se vendió en las Cuencas como el superescándalo del siglo y, luego, nada de nada): se gastaron toda la pasta en los juicios y en hacer campañas de promoción para ellos mismos por los lugares de vacaciones del Montepío y ahora nadie de estos críticos rinde cuentas de adónde ha ido a parar ese dinero. Vamos sí, que presumen que irán al Tribunal Constitucional y a Estrasburgo en su campaña de desprestigio al Montepío porque, según ellos, «tiran con pólvora ajena». Después, señor Florentino, aún se pregunta en su carta por qué la dirección y muchos mutualistas piensan que detrás de toda esta larga campaña (ya van seis años) hay un interés oscuro en dañar y manchar el nombre del Montepío y de personas que en su momento estuvieron en la dirección.

Y es que se les ve venir a leguas. Una vez más queda patente la decisión de estas personas ligadas a la plataforma de hacer el mayor daño posible al Montepío. Y es que el señor Florentino Fuente, como los cuatro que aún permanecen en la plataforma, obvian (ocultan premeditadamente, diría yo) una cosa: que los juzgados ya se pronunciaron hasta tres veces señalando que no había ni indicios de delito en esa operación. La última decisión judicial, de la que informó este diario, por cierto, muy contundente.

¿Qué es que lo que dicen tres jueces no vale? Ahora quieren extender las críticas al actual presidente, a Postigo, hombre que en la última asamblea no recibió ni un solo voto en contra porque su gestión es intachable: ahí están el proyecto de residencia geriátrica para Felechosa o las inversiones en aire acondicionado en Murcia, por no decir que hasta Roquetas van más mutualistas que nunca de vacaciones, haciendo (a mi entender) buena la inversión realizada en su día como destino vacacional.

Efectivamente, como mutualista, quiero que todo sea transparente y claro, que se hagan cosas y que no se dilapide –aunque creo que no cabe este concepto en una mutualidad que juega una labor social para tantas y tantas viudas de la minería que pueden ir a muy reducido precio de vacaciones al Mar Menor o a Ledesma–. Pero tras seis años en los juzgados, que no haya aparecido nada de nada y que unas personas sigan, erre que erre, utilizando los espacios de LA NUEVA ESPAÑA para manchar el nombre de una sociedad con muchas décadas de historia obrera... en fin, no hay más ciego que el que no quiere ver. Por no decir que hay algunos a quienes no les va a interesar nunca ver, porque de su condición de críticos, metiendo miedo a los trabajadores de los centros vacacionales del Montepío, han sacado algunas prebendas, como tarjetas de piscinas, suites... y, claro, es duro que te expulsen porque si estás fuera ya no hay estos beneficios. Vamos, que si no hay teta de la que mamar, como que llorar deja de merecer la pena.

¡Ya está bien! Como mutualista sólo espero que la dirección cumpla su palabra de expulsión y dé solicitud de una buena indemnización por el mucho daño que han hecho a la institución del Montepío entre muchos asturianos, que leyendo cartas como la de Florentino Fuente pueden pensar mal de una entidad absolutamente democrática y supercontrolada, máxime cuando no se niega la auténtica verdad: que el Juzgado ya habló.

Desgraciadamente, vivimos en un país en el que criticar sale muy barato (critica, que algo queda) y donde el respeto a las personas y las instituciones es muy relativo, algo que se da con mayor intensidad en Asturias y en las Cuencas. Y el Montepío no se escapa.