Sobre plagios
El señor Ramón Durán, «defensor universitario», dice en LA NUEVA ESPAÑA (06-02-14) que hay que luchar contra «El proceso de degradación de la exigencia académica» (sic), hablando de plagios efectuados por alumnos.
Este proceso de degradación hace tiempo que ocurre por parte de profesores y catedráticos que se apropian de tesinas, tesis, artículos e incluso libros. Todos conocemos casos. Yo recuerdo, ahora, una tesis en una Facultad de Oviedo que le gustó al director y se la pasó a su hija. La doctoranda tuvo que callarse y empezar otra tesis.
La endogamia y el plagio en la Universidad española dan vergüenza ajena. Analice una Facultad cualquiera y verá cuántos son parientes, proceden de una misma región de España, etcétera.
Los alumnos hacen lo que siempre han visto a sus profesores. Son buenos alumnos y aprenden con el ejemplo. Además, en España el plagio sale gratis. Esto no es Alemania (ver el caso del ex ministro de Defensa alemán y alguno más).
Si usted es víctima de uno o varios plagios (le copian su obra pero sin citarlo), lo tiene muy difícil porque aunque su obra la tenga registrada (en el Registro de la Propiedad Intelectual), tenga correos electrónicos peritados que demuestren los plagios, los textos a dos columnas (plagiado y plagiador) en donde se ve claramente y en muchas páginas (el que copia se dedica a cortar y pegar), resulta que el que copia es funcionario de una Universidad (donde muchos plagian), pertenece a un gremio (donde muchos hacen lo mismo: copiar) y a fundaciones subvencionadas que le apoyan. Si, además, el copión tiene una editorial con la que puede hacer favores a los del gremio, siempre habrá algún favorecido que no le importe ser testigo falso.
Conclusión optimista: hay que confiar en que los jueces aplican las leyes y la ley de la Propiedad Intelectual es una ley muy clara y concisa.
Margarita Álvarez Díaz
Oviedo
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