Gracias, comandante, por salvarnos la vida
Quisiera expresar públicamente mi agradecimiento al comandante del Airbus de Vueling que salió de Barcelona con destino a Asturias a las 22.10 horas del pasado viernes 7/2/2014, con número de vuelo VY1571.
Este héroe anónimo, del cual supimos después que es de Lanzarote y casado con una asturiana, nos salvó a todos del desastre gracias a su pericia al abortar el aterrizaje cuando las ruedas del avión estaban a punto de tocar el suelo, y que, con una valiente y decidida maniobra remontó el vuelo entre las tremendas turbulencias y las rachas del vendaval que azotaban el aeropuerto de Ranón.
Personalmente se lo agradecí al final del vuelo, y él modestamente no le dio mucha importancia. «Nos saltó una alarma ante una racha de viento y decidimos continuar», comentó. Pero no era simplemente eso. Las azafatas iban de atrás a delante con bolsas de vómito..., se tuvo que atender a una pasajera que medio se desmayó porque estaba especialmente mareada... En fin, ellos seguramente están más acostumbrados que nosotros, de ahí su buen hacer.
Vuelo continuamente y hasta ahora no me había encontrado con un aterrizaje tan comprometido, además, fui perfectamente consciente en todo momento de lo que iba sucediendo, porque me gusta ponerme en ventanilla, y les aseguro que eso de la «alarma« es darse poca importancia a sí mismo; al factor humano que, al fin y al cabo, fue decisivo en el final feliz de ese viaje. Qué gran profesional.
Podemos decir con convencimiento que nos salvó la vida y que a continuación nos llevó sanos y salvos al aeropuerto de Barajas, ante la imposibilidad de poder intentar aterrizar en Santiago de Compostela y en Santander, aeropuertos que se presentaban como segunda opción en cuanto a cercanía.
La nota negativa fue la tristeza de ver cómo un montón de pasajeros se agolpaban y acosaban sin ningún orden en torno al pobre empleado de Vueling en Barajas, «exigiendo no sé qué alternativas» en lugar de conformarse con lo que ofrecía la compañía y dar gracias por estar vivos.
Esta profesión nunca es lo suficientemente reconocida, porque no nos damos cuenta de que, por muchos automatismos que tenga el avión, al final está pilotado por personas que son responsables de las vidas de muchas otras.
Gracias otra vez comandante.
Atentamente,
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