Luz en el Consistorio de Siero
Decía Ryszard Kapuscinski que el trabajo del periodista no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse. Es por ello que juzgo sería muy valiosa para aliviar la indignación de la opinión pública esa luz de los medios de comunicación en el esperpento político de sesión continua instalado en el Ayuntamiento de Siero, esa información veraz y equilibrada de ese periodismo con el saber, con el respeto a los hechos y el sentido de la ecuanimidad, que no sólo busque el efectismo, sino la verdad que les guíe el titular informando a la ciudadanía de la etapa de incertidumbre en la que nos encontramos inmersos: nuestros representantes municipales enzarzados en continuas vaguedades, inútiles confrontaciones de escapismos y oscurantismo, un gobierno local y su política cateta que ha vuelto a darle una estocada más al dinero de los ciudadanos con una rampa de acceso a la plaza de abastos de la Pola, a la calle Alcalde Parrondo desde la esquina de la plaza de Pablo Iglesias; los vecinos tendrán por fin esa rampa que habían solicitado reiteradas veces, un paso sin barreras arquitectónicas en el paso de peatones, desde que el inmueble se reformó en 2009. Y es que a mí me produce repugnancia sólo verlo publicado, tener que cargar con las consecuencias de los múltiples fallos de los arquitectos, de actuaciones que pusieron en riesgo la integridad física de las personas; alguien debería dar explicaciones de este cúmulo de errores, y algún expediente sancionador por haber consentido que a pesar de que la legislación estatal de accesibilidad tiene 21 años y de que a todas las administraciones se les llena la boca contando lo mucho que se esfuerzan facilitando la vida a quienes la tienen más complicada de lo normal, convierten el área del emblemático edificio del insigne ingeniero Ildefonso Sánchez del Río en «coto» cerrado, de lo libre accesible y continuo a lo restringido para personas que están acondicionadas y viven en sillas de ruedas. ¿Cómo es posible que se consintiera semejante desatino? La pregunta es en realidad retórica: es posible porque para los que nos gobiernan no existe responsabilidad alguna económica ni penal y los contribuyentes son quienes debemos pagar sus desmanes. Pero no es ésta la primera reforma, ya se trazó un diseño que prueba la indigencia de las mentes de nuestros técnicos municipales y que cuando las obras son pagadas por el prójimo y las consecuencias sufridas por otros seres humanos sin genialidad, o muy inferior a la superior de los autores y consentidores de esta maravilla de obra que dejará en el espacio la huella inconfundible de sus autores. Con la obra recepcionada, el Ayuntamiento invierte 12.000 euros en mejorar la seguridad con la colocación de dos barandillas, como primera medida; la segunda, la incorporación de una rampa para minusválidos que no llegó a solucionar el problema, lo que lleva de nuevo al Ayuntamiento a colocar otra barandilla en el lateral de la plaza, con una partida de 6.667 euros; ahora se accede a la petición hecha por los vecinos de un acceso sin barreras arquitectónicas. Yo, que tolero muchas cosas, me tengo prohibido hacer cuentas y hacer balances para no desmoralizarme, porque a todo lo anterior hay que sumarle los 10.000 euros que el Ayuntamiento hizo, la indemnización a las dos mujeres que demandaron al municipio por las lesiones sufridas al transitar por este espacio. La lástima es que los destrozos de la avenida Ildefonso Sánchez del Río, que ascienden a 122.381 euros, no son por el «Nadja», que arrastró la costa, que pudieran entrar en el seguro que tiene el Principado de Asturias suscrito. Bien sé que la prudencia es siempre buena consejera. Pero la prudencia no debe ocultar la realidad.
Benigno Martínez-Fuego
Marcenado (Siero)
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