En Portugal, "santarém é um livro em pedra"
Santarém es la capital del distrito y de la región de Ribatejo. Con sus cuarenta mil habitantes domina, desde una colina en la orilla derecha del Tajo, la vasta llanura de la Lezíria. Lleva el nombre de Santa Irene, una religiosa del siglo VII mártir de la virginidad, cuyo cadáver fue arrojado al río por su lúbrico asesino y llegó a vararse en el lugar hasta entonces llamado Scalabis. Cuatro siglos después, la población es tomada a los moros y llega a convertirse en residencia real. Su historia la fue dotando de monumentos, más brillantes en el siglo XV-XVI, por lo que los reclamos turísticos la denominan «capital del gótico», aunque quizá sea más amplia y poética la frase que le dedica Almeida Garret al referirse a su rico presente heredado «Santarém é um livro de pedra em que a mais interessante e mais poética parte de nossas crónicas está escrita».
En la ciudad cabe destacarse en primer lugar su panorámica desde As Portas do Sol, que mencionaremos más adelante, para seguir con la Torre das Cabaças y las iglesias de Graça, de Marvila, de São João de Alporão –convertida en museo de la ciudad– y la impresionante Igreja do Seminário, de fachada renacentista e interior barroco.
Como en otras muchas ciudades portuguesas, su centro peatonal, con algunas artísticas construcciones más modernas, tiene ese agradable y acogedor aire común luso, ensalzado por los parques y jardines que poseen ya todo el encanto del Sur.
Santarém tiene el eco de grandes acontecimientos en la historia portuguesa: allí fue aclamado rey D. João II; el rey D. Pedro hace ejecutar a los asesinos de doña Inés y también en aquella ciudad se reunieron las cortes bajo los reinados de cinco reyes.
Es aún más bello el panorama de las tierras llanas y verdes de la Lezíria atravesada por el manso Tajo desde As Portas do Sol, en los jardines del castillo. Y en ese lugar, el «livro de pedra» se abre a la realidad de una región en la que la agricultura y la ganadería se hacen vida, júbilo y canto de fandangos y fados.
Ángel García Prieto
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