Politicastros "doctor no"

La RAE, Real Academia Española, define el vocablo politicastro como el político inhábil, rastrero, mal intencionado, que actúa con fines y medios turbios. Pues bien, muchos de nuestros políticos en las Cortes generales y regionales son eso, politicastros, que deberían dimitir y mostrar arrepentimiento por su deficiente y catastrófica gestión. Y los que queden limpios de tanta desidia, que se apresuren a imitar a otros países en las políticas más sociales, las políticas con reformas laborales eficaces y no sangrantes que generen empleo y desarrollen el crecimiento económico y las infraestructuras del estado español.

Los recortes que trazaron e impusieron la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y el gobierno del PP solo han conseguido destruir empleo y elevar la pobreza en España. Algunos eurodiputados del Parlamento Europeo acusan a la Troika de actuar como carniceros y no como cirujanos para sanar la crisis económica. Y como siempre, favoreciendo a unos pocos y empobreciendo a la mayoría.

Reformar y recortar a lo Montoro o a lo Rajoy- es muy fácil. Todos valemos; todos somos mejores gestores que Montoro: recorto por aquí; te hago pagar por allí; te quito parte del salario; te subo los impuestos y los precios; me lo llevo por ese lado... Total, ser Montoro o el Doctor No, lo sabemos hacer todos. Incluso nuestros políticos más mediocres nos lo cuentan de retahíla: no se puede; no hay trabajo; no hay dinero para pagaros el sueldo; no dimito, no somos corruptos; no a las mareas ciudadanas; no abortar, no y no. No reprimimos violentamente las manifestaciones; no permitimos escraches pero sí hacemos desahucios; no rescatamos el dinero de los ciudadanos pero sí las deudas de la banca Hasta la infanta, su alteza Cris, se lo sabe de memoria: no sé, no me consta, no recuerdo, no conocía, no creía que era dinero publico, no, no

Doctor No, son los políticos que no dimiten a pesar de su calamitoso mandato; son unos corruptos que se libran de la cárcel y de la condena gracias a trucos maquiavélicos administrativos-jurídicos adobados con su dinero robado, comprando voluntades a funcionarios, presos, abogados, juecesDoctor No, son los políticos que nos mal gobiernan y nos hunden cada vez más en el fango de la crisis y nos llevan a la ruina. Doctor No, son un montón de politicastros y gestores mezquinos que se afanan por destruir la función pública, la Educación, la Sanidad, aniquilando los avances del I+D+i por inanición presupuestaria.

La liturgia del poder de los Doctores No, se robustece con prohibiciones radicales a las libertades, promoviendo contra los ciudadanos leyes restrictivas. Como son la ley Wert, la antiabortista de Gallardón o la del ministro de la porra y las pelotas de goma sobre seguridad ciudadana; así como la reforma -contrarreforma, más bien- de la justicia universal del PP, que es una infamia.

La crisis económica, los pelotazos urbanísticos y los déficits bancarios, todo esto lo han generado ellos en gran medida, pero siguen cobrando sueldos, indemnizaciones y jubilaciones millonarias. Solo se apuntan a las ganancias pero no penan por la desastrosa administración en la deuda de sus bancos, instituciones y empresas.

Aquí tenemos a varios de esos politicastros mediocres Doctores No los nombres están en boca de todos. En nuestra Comunidad y en nuestra ciudad estamos gobernados por Doctores No, algunos con olor a naftalina del franquismo y del nacionalcatolicismo más rancio. Pero hay que recordarles, ante el empobrecimiento de los ciudadanos, que viven de su propia incompetencia y se sientan en la poltrona de su indignidad. Muchos de estos Doctores No, son vendedores de humo con mucha palabrería y poco sentido ético y social. Se necesita gestionar adecuadamente con responsabilidad, trabajo, compromiso permanente y empeño, algo que no está en la mente de algunos consejeros y dirigentes peperos -Doctores No- que pululan alrededor del presidente regional Valcárcel.

Ante la desigualdad social que ha generado la crisis y los malditos recortes, el poder funciona de forma chapucera. No tenemos ya duda del distanciamiento entre la clase política y la ciudadanía. Lo ocurrido hace un mes en el Gamonal de Burgos es una clara y rotunda evidencia de la frustración de los ciudadanos.

Una vez más el descrédito total de nuestro sistema político se debe a la holgazanería y endiosamiento de estos Doctores No. Por eso, la democracia exige ciudadanos críticos, no resignados a las prebendas de los politicastros que solo buscan perpetuarse en el poder como casta privilegiada atesorando salarios desorbitados y riquezas.