El último adiós
El último adiós se lo acabo de dar a la persona con la que compartí casi 35 años de mi vida.
Me siento muy reconfortada por el cariño recibido por toda la gente, y muy especialmente, la familia. Todos estuvieron ahí, con mis hijos y conmigo en todo momento dándonos aliento.
Recibimos notas de condolencia de puntos lejanos como: Colombia, Cuba, Madrid y Barcelona. Muchas gracias; pero la mayor gratitud fue la nota de condolencia que puso el maestro, maestro gaitero de mis hijos y que había compartido con él, ratos de charla mientras esperaban las clases.
Faustino no era gaitero pero inculcó a sus hijos el cariño por la gaita y por la música y así lo demostró Berto Varillas viniendo a darle la despedida con su gaita, emocionando a la gente que estaba allí en el cementerio. Muchas gracias Berto por el cariño que nos diste en ese momento a mí y a mis hijos, que sabiendo lo ajetreado que tú estás, solo tuvieron que decírtelo y viniste a despedir a Faustino.
Muchas, muchas gracias seguro que donde quiera que él esté se encuentra muy feliz y muy orgulloso de lo que lo quieren y del cariño que se demostró a través de toda la gente.
Solo me queda dar gracias mil veces a las personas que estuvieron presentes y desde la distancia, porque todos lo hicieron de corazón. Mil veces gracias a todos, y a ti que te fuiste de mi vida y que sigues estando a mi lado abrazándome siempre, siempre, siempre.
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