¿Qué ha pasado, qué pasa y que pasará con la EpC?
¿Qué ha pasado? El pleno de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo en sentencias de 11 de febrero de 2009 desestimó los recursos de casación (en el caso de Asturias, tres) planteados frente al no reconocimiento por la Administración autonómica del derecho de objetar frente a determinados contenidos del conjunto de asignaturas que componen la conocida como educación para la ciudadanía (EpC). Eso significa que aunque las sentencias tienen un alcance limitado a los recurrentes en vía de principio, las sucesivas sentencias que han empezado a dictarse, tanto por las salas de los tribunales superiores de Justicia de las comunidades autónomas como del propio Tribunal Supremo van a tener el mismo contenido desestimatorio por lo que no se reconoce cobertura jurídica a las ausencias de los escolares a la impartición de aquéllas.
¿Qué pasa a la fecha con la EpC? Desde el punto de vista formal, las sentencias del TS (específicamente las tres citadas relativas a padres asturianos) están actualmente impugnadas ante el Tribunal Constitucional mediante recursos de amparo que han tenido entrada el pasado 12 de mayo de 2009. Ese mismo será el trámite a seguir por las siguientes sentencias desestimatorias a dictar por el TS, a las que aludíamos en el apartado anterior.
Atendiendo no obstante a una perspectiva material, las sentencias del TS no sólo realizan una firme advertencia al poder ejecutivo (sea central o autonómico) de la prohibición constitucional de -cito expresamente- ... (ni) imponer o inculcar, ni suquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas..., sino que consideran acreedores de tutela judicial a los padres ante... proyectos, textos o explicaciones (que) incurran en tales propósitos desviados de la educación..., de forma y manera que el T.S. está señalando objetos y vías de actuación frente a intentos manipuladores y adoctrinantes de los escolares.
De esta manera, implantándose las asignaturas de EpC tanto en 3.º y 4.º de la ESO, como en Bachiller -a través de la denominada Ciencias del Mundo Contemporáneo y también en Primaria en el próximio curso en Asturias, la actuación de los padres ha de dirigirse a vigilar y controlar que proyectos educativos del centro, textos y materiales a emplear, así como explicaciones y actuaciones de los profesores de estas asignaturas, no vayan en contra de su libertad como padres, sus creencias y por consiguiente al derecho constitucional de que sus hijos reciban la educación que corresponda a aquellas, denunciando en su caso primero ante la dirección, después ante la inspección y por fin ante los tribunales de justicia las violaciones de los derechos constitucionales reconocidos en los artículos 16.1 y 27.3 de la Constitución.
III.- ¿Qué pasará con la EpC? Repitiendo el enfoque anterior, esperamos que el TC acoja las demandas de amparo, pero aun cuando no estimase los recursos, tenemos la convicción de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considerará la evidencia del carácter adoctrinador de la asignatura, imponiéndose una formulación adecuada de la verdadera educación ciudadana.
Pero lo más importante, y desde una perspectiva material, los ciudadanos ya han entendido -y a los que no hemos de hacérselo ver- que estamos ante un intento no sólo de manipulación sino de una auténtica imposición totalitaria con guante legal de seda de la visión de la sociedad a través de la ideología de género buscando la destrucción de nuestra base cultural, social e histórica, y, lo peor de todo, sin una idea de qué -aparte de destruir lo existente- se pretende con ello. Sirvan de muestras las intervenciones legislativas sobre el matrimonio homesexual, el divorcio, el aborto y la que ya se intuye sobre la eutanasia.
Necesario es, por tanto, activar nuestras defensas frente al totalitarismo que desde el Matrix progre -como lo define Juan Manuel de Prada- nos pretenden imponer para no permitir que el atontamiento de unas falsas ideas de felicidad esclavicen nuestro futuro.
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