Ni en África ni en Asia, es en Oviedo donde sucede algo increíble
Los propietarios de una finca con una vivienda en la misma, que hace unos años adquirieron, llegaban a ella por un camino municipal que era utilizado por los tres colindantes del mismo. Uno de los propietarios tuvo una ocurrencia y, ni corto ni perezoso, instaló unas portillas con un candado cerrando este camino y dio una llave a sólo uno de los vecinos.
Pasado un tiempo, y como nadie lo obligó a respetar la propiedad ajena, cambió el candado y ya sólo él tenía acceso.
Se habló con este personaje y se empeñó en que el camino era de su propiedad y no hubo forma de apearlo del burro. Quizá piense hacer una escritura por su cuenta.
Bueno, ante este panorama, se presentó petición el 25 de octubre de 2013 al Ayuntamiento, en la sección correspondiente, para que se hiciera respetar la propiedad municipal haciendo desaparecer este cierre indebido y mejorar el camino.
Desde octubre no es posible, bueno antes, que unos propietarios accedan a su finca porque un particular quiere apropiarse de un camino del municipio de Oviedo, camino público aprobado en el Pleno del Ayuntamiento de 2 de julio de 2011.
Estos propietarios tienen en su poder certificación oficial de la consideración del citado camino como «dominio público, uso público».
Es evidente el perjuicio que se causó y está causando a estas personas, pues hasta hace pocos días no recibieron comunicación del Ayuntamiento para personarse en el expediente, a pesar de algunas visitas a la sección que lo lleva.
Y para mayor abundamiento, hasta principios de febrero no hay ningún contencioso o reclamación ni presente ni anterior.
Sólo haré dos preguntas: ¿cómo es posible que puedan pasar tantos meses –desde octubre hasta febrero, de momento– para liberar este patrimonio municipal de la apropiación indebida, después de haber aportado los correspondientes títulos de propiedad y que estos propietarios sigan esperando que su Ayuntamiento les facilite la entrada legal a su propiedad?
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