Se merecen otra cosa
Agradecería mucho a LA NUEVA ESPAÑA que publicara esta carta de agradecimiento y cariño a todo el personal de la sexta planta del Hospital Central de Asturias, donde ingresé con ictus, permanecí varios días y fui operado.
Me trataron tan bien que mi estancia allí fue de lo mejor, dentro de mi enfermedad. Todos, desde las chicas de la limpieza, enfermeras, supervisor, supervisora, médicos y médicas, me dieron un trato tan bueno que es como una inyección de moral. Yo lo llamo calor humano.
A una médica, un día, no pude por menos que decirle: este trato tan cariñoso es como un bálsamo para nosotros. Si hubiera una puntuación, un diez me parecía muy poco para esta actitud ejemplar, que supera lo profesional por lo humano.
Ahora, en mi forma de pensar hay una cosa pesimista. Y es que estos talentos que se sacrifican estudiando para hacer una carrera descubren que no encuentran puestos de trabajo cuando la terminan y muchos tienen que marcharse a otros países en busca de lo que aquí no hallan. ¡Cuánto ganan esos países con acoger a estos cerebros privilegiados y cuánto perdemos nosotros con que se vayan! Ademas, esta juventud no estudió para marchar, y se va a encontrar con muchas dificultades: el idioma, la cultura, la comida, etcétera. ¿No habrá una forma de evitar esta emigración forzada de esta gente, que se merece otra cosa, que se merece quedar en su país? ¿Es que no habrá solución para que no se vaya la esencia de la sabiduría?
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo