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La valla invisible de Melilla

9 de Marzo del 2014 - Jorge Díaz Martínez (Oviedo)

Cada vez vemos más a menudo en los medios de comunicación los cientos de inmigrantes que atraviesan la valla que divide Melilla y Marruecos en busca de una vida mejor. Al estar el pasado día, viendo la televisión y en concreto, un debate sobre este tema, me vino por azar a la cabeza una cuestión que creo que se la hacen muchos españoles. ¿Tendrán una vida mejor en España que en Marruecos? Durante un tiempo anduvo deambulando sobre mi cabeza dicha cuestión. Hasta que llegué a una conclusión, todos estos pobres jóvenes inmigrantes tendrán y no tendrán una vida mejor que en Marruecos. Para que no le surja ninguna duda con respecto a esta respuesta, pasaré a explicarle, brevemente, cómo he llegado a esta conclusión, un tanto confusa.

Al instante que me llegó la pregunta apagué la televisión de inmediato y me puse a analizar los pros y los contras que podían tener estos jóvenes sin alma ni casa, al fin encontré el destino que buscaba, a donde quería llegar desde que vi esas estremecedoras imágenes televisivas. Estos pobres hombres y mujeres son muertos vivientes. Quizás el término pueda ser inapropiado, pero creo que es el que mejor define a estos seres humanos sin una vida tranquila y pacífica.

Todo comenzó, con el salto de una treintena de ellos, después, un centenar y ahora, casi dos cientos. Todos ellos entran en busca del refugio que les proporcionará comida y hogar durante un tiempo. Pero además, muchos de ellos/as llevan intentándolo desde hace uno, dos e incluso cuatro años. Dios mío, cuatro años de espera en esa montaña, el Guguru, bajo condiciones de vida infrahumanas. Y lo más inexplicable, con sus cortas edades.

Tan sólo pido al ministro del Interior que no permita y menos aún defienda algunas acciones que se están llevando a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Cuidado, ha de quedar claro que no todas las acciones que se realizaron hasta ahora por parte del Gobierno español están mal hechas. Pero lo que no se puede permitir es que a estas pobres gentes, que no saben casi nadar o lo hacen con una dificultad extrema, se les lance material antidisturbios con un fin disuasorio, según el ministro del Interior. Porque eso, lo único que ocasionará serán más muertes.

También me ha llamado la atención, sin que yo sea un experto en ello y por ello no podré comentarlo desde un punto de vista del derecho internacional, la rápida extradición que realizó la Guardia Civil. Nada más llegar, exhaustos, el grupo que tuvo que llegar nadando hasta la orilla la Guardia Civil los mandó sin mediar palabra al otro lado de la playa, propiedad de Marruecos. Me pregunto, ¿se puede nada más que llegan extraditarlos a Marruecos? o, en cambio, ¿tiene que seguir un proceso diplomático? Como reitero nuevamente, no soy un entendido del tema y es por ello que dejo en el aire estas dos cuestiones, que espero que algún día me puedan ser respondidas.

Esperando que este escrito sirva para poner de relieve una situación actual y que con él se formulen algunas de las dudas que aquejan a gran parte de la sociedad española.

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