Juzgados
Durante 70 años (tengo 77) no he pasado por un juzgado, pero en los últimos tiempos me veo obligada a hacerlo por culpa de dos funestos vecinos que tengo en Ballota. Mucho se habla y se escribe para mal sobre la justicia en España, sobre su lentitud, etc. Yo soy muy crítica también con unas leyes que me tomo el atrevimiento de decir que habría que cambiar, porque parecen favorecer más a delincuentes y gentes de mal vivir, que se las saben todas, en perjuicio de las personas respetuosas con las leyes.
Hoy, quiero, sin embargo, destacar la labor de unos funcionarios públicos que se afanan en servir a los ciudadanos día a día (no hoy familia ni amiga de ninguno) y ese es el caso de los Juzgados de Cudillero y Pravia. Debo destacar la amabilidad, colaboración y ayuda constante que recibo de ellos, por teléfono y personalmente, a sabiendas de que siendo yo una persona anciana y sola, sin conocimientos de derecho y con las únicas herramientas de la verdad, gestionando un tema de acoso y maltrato continuado, puedo resultar un tanto pesada y reiterativa. Me siento muy agradecida por su ayuda y comprensión y por difícil que me resulta probar los hechos, dada la cobardía y el miedo imperante de testigos, que los hay. Estos acosadores agresivos, hombres jóvenes, presumen de que no me pasa nada porque no tienes testigos. Te voy a dar una paliza y lo más que puede pasar es que pague una multa. «Son muy machotes».
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