El 11-M me engañaron
Parece-al menos para mí- que fue ayer. Desperté y me levanté tarde-como casi siempre- y alguien me dice que hubo un atentado. Enciendo la televisión y, a nada que cuentan, afirmo con rotundidad: ¡Esto no fue Eta!
El resto del día, como casi todo el mundo, vivo pegado a la tele. Destrozado, acojonado, solidariamente abatido...desconcertado. Mi primer sentimiento-y el segundo, y el tercero...-¡todos!-, era de profunda tristeza (aún lo es; sigue en carne viva).
Pasado el inicial desconcierto-que no la consternación-, empiezo a analizar las declaraciones de los políticos, de todos. Sin condicionamientos previos, de forma abierta e ingenua. Quería encontrar una explicación-que no justificación; no existe-, para tamaña monstruosidad. Quería encontrar un consuelo (aún sigo en ello).
El entonces ministro de Interior Ángel Acebes, muy pronto-demasiado rápido diría yo-, afirmaba con rotundidad que este monstruoso atentado era obra de Eta. Me costaba creerlo, pero necesitaba creer en algo. Necesitaba encontrarle una "justificación" por monstruosa e irracional que fuese. Y me lo creí, o quería creerle-estaba desvalido-.
Tal es así que, inmediatamente, escribí y publiqué un durísimo y peligroso-en aquellas fechas- artículo. El título-el mas duro de los muchos que publiqué contra Eta- era ...¿qué pensarán las madres de estos hijosde pu...?
Y lo hice con todas las consecuencias (me refería-en este caso equivocadamente- a las madres de los etarras). No era baladí. Era emocional y peligroso.
Posteriormente, todos lo sabemos, se demostró-hay sentencia firme avalada por el Tribunal Supremo- que no había sido Eta (eso era evidente, significaría su final; pero siguen siendo los mismos hijosdep...). Me engañaron. Y fue Acebes y el que decía que no estaban -los responsables- en no sé qué monte o desierto (el que cobra de mil sitios y tiene amigos, muchos asistieron a la "macroboda" de su hijita, como: Matas, los del Gurtel-Correa, el bigotes...-, Berlusconi, Blesa-compañero de pupitre junto con Villalonga el de Telefónica y Terra-, ...y unos cuantos delincuentes de cuello blanco más (y anda por ahí, intentando que alguien le escuche, dándonos lecciones de ética).
Me niego a perdonar a Acebes, porque él sabía que mentía y solo quería ganar tiempo para salvar las inmediatas elecciones -¡qué casualidad, este "pollo" también cobraba generosamente de Caja Madrid "por hacer no se sabe qué"!-. Pero también reconozco que él fue instrumentalizado y "otros" le forzaron a mentir a sabiendas. Hicieron mucho daño a muchas personas: familiares de las víctimas, comisarios policiales honestos, ciudadanos en general-¡¡instituciones extranjeras con gran información, desde el principio, nos dijeron la procedencia de los terroristas!!-.
Hoy solo quiero derramar unas lágrimas por esas vidas truncadas y por sus familiares. Si a mí me cuesta superarlo...¡imagínense a ellas!!
Y quiero pedir-con toda la honestidad-, que esto nunca jamás se repita: ni-por supuesto- el atentado, ni tampoco las mentiras (me queda la frustración de que en este País salga tan barato mentir, y los que lo han hecho-de forma tan grave- se estén "forrando", muchas veces con dinero público, y otras por pago de favores de cuando eran representantes públicos). ¡¡¡Qué pena!!!
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