Asturias está que lo regala
La lectura de un boletín oficial no es de las más entretenidas que uno se pueda imaginar, pero se pueden encuentran resoluciones que (menos mal que, de momento, tienen que hacerse públicas para que tomen vigencia) llaman la atención. Concretamente el boletín oficial asturiano, BOPA, del pasado 10 de marzo publica el Plan Estratégico de Subvenciones de la Consejería de Bienestar Social y Vivienda.
Yo no entiendo de estrategias, pero la de la Consejera pasa por aprovechar para, junto a las ayudas para dependientes entre otras, salvar al mundo mundial regalando cientos de miles de euros en forma de ayudas de las que entresaco algunos ejemplos:
Refugiados del Chad, 125.000.
Mejorar condiciones de vida en Palestina y Siria, 72.000.
Atención sanitaria a saharauis, 40.000.
Mejoras nutricionales en la franja de Gaza, 61.000.
Atención a víctimas de violaciones de los derechos humanos en Colombia, 30.000.
Mejorar las condiciones de vida de saharauis en campamentos Argelia, 400.000.
Casa de la mujer de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, 25.000.
Casa Alianza de Honduras, 60.000.
Por lo que se ve, los políticos asturianos deben haber resuelto todos nuestros males y ahora se dedican a buscar problemas por todo el mundo para darles solución, sin importarles cuánto pueda suponernos en esfuerzos, tiempo o dinero. Indagan sobre problemas remotos y la casa sin barrer.
Yo lo siento por estos colectivos; es por lo que a título personal hago mis aportaciones de las que no tengo que dar cuenta a nadie; en todo caso en mi declaración de la renta se tendrá en cuenta.
Mi opinión es que Doña María Esther Díaz García como ciudadana puede hacer con su dinero lo que le venga en gana sin dar explicación alguna; sin embargo, como consejera debe meditar muy mucho a la hora de gestionar cada euro público que gasta; desde aquí no podemos ser tan pretenciosos como para atribuirnos la facultad de poder arreglarlo todo. Doy por sentado que el señor Fernández designa a sus consejeros para que solucionen los problemas de nuestro ámbito, no para que disparen con pólvora ajena.
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