La señora consejera y los funcionarios interinos
Los funcionarios interinos asturianos tienen unos derechos laborales y han demostrado sobradamente su capacidad y dedicación prestando servicios en los centros públicos de nuestra región. Estas palabras las podría haber dicho la FETE, pero no, son palabras de la propia Administración. No hay duda de que todo conocimiento empieza en la experiencia, también lo podría suscribir la FETE pero ya lo dijo Kant.
Que hay que buscar un justo equilibrio entre los derechos laborales del actual profesorado interino y los nuevos aspirantes que han orientado su formación universitaria al ámbito de la docencia estamos de acuerdo. De hecho, el actual sistema lo permite. No hay más que comprobar que el número de interinos no ha dejado de crecer en los últimos años. Hemos pasado del 8% al 23% en cuanto a la tasa de interinidad, por tanto, algún que otro interino se habrá incorporado a la docencia en estos años. El sistema es bien conocido por todos los funcionarios interinos asturianos. Y es el siguiente: los docentes sin experiencia han de realizar un buen examen y se incorporan al sistema. Estos primeros contactos con la profesión proporcionan los primeros puntos en el apartado experiencia, su acumulación a lo largo del tiempo va proporcionando experiencia y baremo. Es una carrera de fondo, es verdad, pero con ofertas de empleo público razonables en la mayoría de los casos se convierten en funcionarios de carrera, además, con la experiencia y la formación adecuada para impartir una enseñanza de calidad. Por lo menos es lo que dice el informe Pisa respecto a la enseñanza en Asturias.
Hay más ventajas, el actual acuerdo cuenta con el consenso de los propios interinos y de las organizaciones sindicales, porque aunque es cierto que fue firmado por FETE y otra organización, el paso del tiempo y la aplicación que este acuerdo ha tenido ha convencido de sus bondades incluso a los más reticentes. Este consenso ha permitido una paz social que siempre es de agradecer y que muy probablemente ya estemos empezando a echar en falta.
Hay más ventajas, las listas tienen estabilidad aunque periódicamente se modifican tras el correspondiente proceso selectivo, pero la Administración dispone de un colectivo de profesores siempre dispuestos, ordenados según unos criterios justos donde se valoran experiencia, nota de oposición y formación.
Por tanto, ¿qué es lo que realmente está pasando?, ¿qué beneficio obtiene este Gobierno enfrentándose a todos? La Administración presenta el tema como un debate entre docentes con experiencia o sin ella. Pero esto no es verdad. Resulta poco creíble que una empresa de cualquier ámbito de actividad desprecie la experiencia de sus trabajadores, pero en el ámbito educativo es aún más aberrante; los que tenemos algún conocimiento de esta profesión sabemos que un buen profesor no nace, se hace.
Hace unos días me dijo un buen amigo con el que suelo compartir animados debates que no hay nada peor que un socialista de salón, quizá tenga razón. Resulta curioso que la propuesta de un gobierno socialista se parezca tanto a lo que hay en una comunidad gobernada por el Tea Party popular. ¿Qué intención puede mover en la misma dirección a dos gobiernos supuestamente tan diferentes? Los ajenos a este mundo quizá lo desconozcan, los que estamos inmersos en él lo sabemos muy bien. En los últimos años los funcionarios interinos han ido ganando diversas sentencias donde se les ha reconocido el derecho al cobro de trienios y sexenios como ocurre con los funcionarios de carrera. La posibilidad de sustituir a estos profesionales con experiencia docente por otros sin ella podría suponer un considerable ahorro. Se trataría de cambiar experiencia docente por ahorro económico. Una visión economicista de la educación que tanto hemos denunciado desde FETE-UGT y que no se esperaba de un gobierno supuestamente de izquierdas y defensor de la enseñanza pública. Así de claro.
Maximina Fernández Otero, secretaria general de FETE-UGT Asturias, Oviedo
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