Eduardo Martínez vuelve a mentir

El alcalde de Siero vuelve a las andadas. Una vez más, el pasado sábado mintió a sus vecinos. En este caso, mediante la burda manipulación del contenido del sumario de la «operación Pokémon». Esta absurda manipulación consistió en relacionar la privatización del agua de Siero con diversas conversaciones que no tienen nada que ver con este asunto y que fueron grabadas a Joaquín Fernández, exvicesecretario de comunicación del PP de Asturias e imputado por tráfico de influencias en la «trama Pokémon».

Sobre esa supuesta privatización del agua, el Alcalde aseguró el pasado sábado que «yo negocié hacer un concurso restringido para meter, después, elementos correctores que supongan que blanco y en botella: leche». También afirmó que «Joaquín Fernández estaba hablando conmigo y sabía que le iba a ayudar para que se llevasen el contrato».

Los extractos del sumario mencionados por el Alcalde se refieren a dos conversaciones mantenidas por Joaquín Fernández con terceras personas en las que no se menciona en ningún momento el tema de la privatización del agua de Siero, sino un contrato de «tres des»; un tipo de contrato que desconozco y que mientras fui concejal de Economía nunca se llegó a realizar.

Es evidente que el Alcalde sacó de contexto extractos del sumario con el objetivo de confundir a los ciudadanos y perjudicar mi imagen. Para que se pueda comprobar que es cierto lo que afirmo pongo a disposición de cualquier vecino que me lo solicite la transcripción de esas conversaciones recogidas en el sumario.

Mi relación con Joaquín Fernández

Está totalmente infundado y es completamente falso el supuesto trato de favor que Joaquín Fernández dijo –a terceras personas– que iba a recibir por mi parte para ese contrato de «tres des». Supongo que Fernández pretendió aparentar una capacidad de influencia que en absoluto tenía en nuestro Ayuntamiento.

Durante los veintidós meses que fui concejal de Economía en Siero, Joaquín Fernández –en su calidad de agente comercial– contactó conmigo en dos ocasiones para ofrecer al Ayuntamiento productos y servicios ofertados por Fusba, una empresa del grupo Hunosa con un centro de producción en Siero. En ambas reuniones le informé sobre los procedimientos de contratación utilizados por nuestro Ayuntamiento para contratar tales productos y servicios.

Mientras fui concejal de Economía ninguna empresa propiedad de o representada por Joaquín Fernández recibió trato de favor. Prueba de ello es que ninguna de esas empresas obtuvo nuevos contratos en nuestro Ayuntamiento durante ese período.

De hecho, el Juzgado de Lugo que lleva más de un año investigando este asunto no ha solicitado a nuestro Ayuntamiento ningún tipo de documentación ni ha llamado a declarar a ningún político ni funcionario, lo que prueba que no se ha producido ninguna ilegalidad.

La privatización del agua en Siero

Las acusaciones del Alcalde se caen por su propio peso. Si hubiese habido por mi parte algún interés en privatizar el Servicio de Aguas, hubiese apoyado esta privatización en vez de oponerme. Además, pensar que unos pliegos de contratación como los de la privatización del agua de Siero se podrían amañar demuestra un profundo desconocimiento de los complejos trámites legales que requeriría una contratación como ésta, que hubiera sido la más importante de la historia de nuestro concejo y, por tanto, sometida a férreos controles jurídicos.

Lo cierto es que, tras estudiar con mucho detenimiento las consecuencias de la privatización del agua en otros municipios asturianos y los datos financieros y operativos del Servicio Municipal de Aguas de Siero y después de mantener varias reuniones con empresas concesionarias y consultoras especializadas en este tipo de operaciones, el pasado mes de octubre, tres concejales del anterior equipo de gobierno –María Jesús Berdasco, María Engracia Valle y yo mismo– entendimos que no era el momento adecuado para llevar a cabo dicha privatización, principalmente por tres razones.

En primer lugar, porque privatizar este servicio generaría un desfase presupuestario de casi 750.000 euros anuales, ya que los trabajadores del servicio son funcionarios y decidieron, tras ser consultados, que en caso de producirse la privatización no pasarían a trabajar para la empresa concesionaria, sino que permanecerían en la plantilla municipal. Este desfase presupuestario provocaría una subida de impuestos o algún tipo de recorte en los servicios o en las inversiones municipales. En segundo lugar, a causa de la crisis, el canon que actualmente las empresas concesionarias podrían pagar por nuestro Servicio de Aguas sería muy reducido, entre los siete y los diez millones de euros. Hace cinco años ofrecían veinte millones de euros, más del doble que ahora. Por último, la privatización implicaría seguramente un gran aumento del precio del agua, como ha sucedido en todos los ayuntamientos donde se ha privatizado este servicio.

Los anteriores argumentos fueron insuficientes para convencer al Alcalde de la conveniencia de no privatizar el Servicio de Aguas. Eduardo Martínez condicionó la negociación de los presupuestos de 2014 a dicha privatización, lo que provocó mi dimisión, así como la de María Jesús Berdasco y la de Engracia Valle.

Luis Vázquez, concejal no adscrito del Ayuntamiento de Siero Pola de Siero