Carta a mi tía Inés
Después de cinco meses, diez días, seis minutos y treinta segundos
me pongo a rebuscar palabras con que enviarte mi humilde homenaje
y me está costando dar el paso temeroso de no saber encontrar, ni enlazar
palabras que realmente hagan justicia a tu memoria,
pero pesa más en mí el dejar sereno mi espíritu, y aunque las palabras sean torpes
mis sentimientos por ti son arrolladores.y que importa al fin que las palabras sean bellas.
Si la belleza eres tú
Tú que un día enseñaste a la serenidad lo que la serenidad es
Tú que un día enseñaste a la risa como reírse en público
Tú que enseñaste a la calma a no perder los nervios nunca
Tú maestra de la casa, de las empanadas y las finanzas
Tú doctorada en maternidad y educación a 17 hijos
Tú presta siempre a enseñar a superar el dolor a los doloridos
Tú atenta siempre..siempre de tu Vicente
Tú joya de Gómez y Pérez, la madre Inés de todos los que te conocimos
Tú que no necesitaste ni los ojos para mirarnos, ni la voz para animarnos
Tú que solo con el tacto de tu mano nos curaste de sufrir por ti
Y es ahora cuando veo lo difícil que es estar sereno sin ti, lo difícil que a veces
es reír sin tenerte cerca, lo fácil que puedo perder los nervios sin tu calma.
Pero solo con pensar en ti encuentro paz interior y noto que tengo ganas de reír.
si pienso en tu rísa ,en que me miras y me hablas con tu voz serena
y a la vez aprietas mi mano, entonces puedo hasta sentirte a mi lado
La verdad. Inés tu nunca me has dejado
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