Bailando con lobos en la sanidad
Soy asegurada del Igualatorio Médico Quirúrgico desde hace aproximadamente catorce años.
Llamé el 12/3/14 (porque ya me había sucedido anteriormente, se me produce edema de glotis) al médico de atención domiciliaria; al explicarle que estaba mal y que necesitaba atención médica en el domicilio, me dijo que era mejor que pasese por la consulta y yo le dije que tenía servicio a domicilio.
Vino y me puso tres días de antibióticos y tres días corticoides y media pastilla, después otros tres días de corticoides.
El 15/3/14 al encontrarme otra vez mal llamé al médico de guardia, el cual me responde que en su maletín no tenía corticoides, cuando yo le dije que tiene Urbasón me dice que quién me lo pone, y yo le digo que él debe saber poner una inyección intramuscular o inyección intravenosa en caso de urgencia, como era mi caso.
Me dice que en vez de tomar la mitad de corticoides, que tome una entera.
Al día siguiente, por la tarde (porque me encuentro en la misma situación), llamé al médico de guardia y se pone otro, el cual me dice que es mejor, sin verme, que acuda al Centro Médico o al especialista, o que vaya al médico al día siguiente. Yo le digo que tiene la obligación de venir a verme y ponerme Urbasón, y así se bajaría de inmediato la inflamación. Entramos en una pequeña discusión y, claro, me tomé el comprimido entero de corticoides.
Pagué a la Seguridad Social y al seguro privado toda una vida, y cuando los necesitas, al pasar de la edad juvenil, ya eres una carga.
Por si no lo saben, soy enfermera desde 1984.
Paula García Fernández
Oviedo
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