Un problema estructural del campo asturiano
Me ha llamado la atención el titular de LA NUEVA ESPAÑA del sábado 22 de marzo: «Los países del Norte se preparan para invadir de leche Asturias en 2015». Un titular impactante con un tono catastrofista para dibujar un negro futuro, que ya es la realidad del sector lácteo asturiano, y que el fin de las cuotas lácteas podría agravar. La noticia de la que habla se refiere a un informe de un instituto finlandés sobre la eficiencia de la cadena láctea de abastecimiento en Europa. Mi primera reflexión es que aquí no tenemos cadena de abastecimiento, sino eslabones sueltos –producción, transformación y comercialización– sin ninguna estructura de colaboración, y que parecen no darse cuenta de que unos dependen de otros.
La comercialización es uno de los principales problemas del sector. Como ejemplo, aquí se produce una gran variedad de quesos de reconocida calidad, pero su comercialización es básicamente regional, siendo difícil encontrarlos fuera de Asturias, y no digamos en el extranjero. Mientras tanto, los grandes grupos lácteos del norte de Europa dominan la distribución a gran escala y son capaces de vender aquí quesos similares a los nuestros. Y por supuesto ellos están accediendo a la oportunidad de mercado de los países emergentes.
Si comparamos las granjas asturianas con las del norte de Europa, la única y gran desventaja de las nuestras es la orografía y disponibilidad de suelo. En los últimos años se ha desperdiciado mucho dinero procedente de la PAC en explotaciones ya inactivas, en tapar agujeros de granjas sin futuro y en pagar préstamos para la compra de cuota láctea –que ahora carece de valor– y no se ha invertido en crear una infraestructura de producción agrícola moderna. En un futuro en el que los costes de alimentación de las vacas serán altos, la capacidad de producción, a un coste razonable de forrajes de calidad, va a ser una de las claves para poder tener una explotación rentable, y para ello las granjas necesitan una organización racional del suelo agrícola disponible, para poder así usar eficientemente la maquinaria de la que disponen.
El problema del futuro no será la producción de leche en macrogranjas en otros lugares, que también tiene sus dificultades, sino que las granjas de aquí no alcancen toda su capacidad de eficiencia productiva. Asturias dispone de recursos naturales para la producción de leche de calidad. Aquí no vamos a cultivar soja ni cereales y no podemos dejar que todo el campo sea eucaliptos. Es la obligación de los sectores de producción, de transformación y de comercialización la de trabajar conjuntamente para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la eficiencia de toda la cadena de abastecimiento y buscar nuevos mercados, y la de la Administración, de pensar en objetivos a más largo plazo, mejorar las infraestructuras agrícolas y potenciar empresas que busquen nuevos mercados dentro de proyectos que integren a los ganaderos y, por supuesto, de estimular la I+D.
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