Que buenos somos todos después de morir
¡Que buenos somos todos después de morir! resulta que llevaba diez años postergado en esa tremenda enfermedad mental y nadie se acordaba de él. Cuando hace tres días su hijo informa que estaba a punto de morir, la prensa y los sujetos sin escrúpulos se ponen a invadirnos sobre ese Señor y todo cuanto hizo por nosotros. Que Suarez fue un tipo especial nadie lo duda, pero de ahí a creernos que ahora después de muerto no hubiéramos existido de no ser por él, va un abismo. Exaltar en exceso a las personas fallecidas es un deporte nacional o mundial. Me pregunto, donde andaban ustedes durante estos diez años que aunque mantenía latiendo su corazón, el Suarez alabado ya no existía. Estaban esperando la muerte para salir como aves de rapiña a decir que le amaban y fueron sus amigos. Me parece que esta sociedad está podrida, los cuidados y las alabanzas hay que dalas en vida, después de muerto no necesita de nosotros. Es como los hijos y nietos que meten a sus mayores en asilos y residencias durante años y van un día a la semana a visitarle y cuando muere lloran su perdida delante de quienes saben lo mucho que le cuidaban y amaban en vida. Las flores y mejor un buen jamón en vida. No esperen a la muerte para decirle a alguien lo especial que es para usted.
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