Nutrias y pescadores
Leo, no sé si con más espanto que indignación, el artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA del día 24 de junio titulado «El pescador gana enemigos» y la petición de las asociaciones de pescadores sobre el control de población de animales como la nutria, martín pescador, etcétera, culpables éstos, según ellos, de la desaparición de peces en los ríos.
Tengo que decir que a pesar de haber nacido prácticamente en la orilla del ríu (calle el Barco, en Arriondas) y siendo amante y practicante de la pesca desde mi más tierna infancia hasta el día de hoy, con cuarenta y tantos años, sólo he tenido la suerte de haber avistado no más de tres o cuatro veces alguna nutria; quizás alguna vez más algún martín pescador, siendo éstos momentos de emoción y sensación de privilegio por vivir aquella situación.
Preguntado en cualquier colegio estaría por decir que el 99% de sus alumnos nunca ha visto en directo una nutria, y no puedo por ello dejar de preguntarme qué harían en otros países si tuvieran semejantes reclamos en sus ríos.
Sin embargo, lo que sí he visto crecer de una manera desorbitada en todos estos años ha sido la población de pescadores, hasta el punto de no poder «lanzar» sin enganchar los anzuelos de otro, viendo cómo mañana, tarde y noche están dando «palos» por doquier y, generalmente, aunque no todos, metiendo en la cesta todo lo que se saca: sea como sea.
Las nutrias matan sólo lo que comen, nosotros lo hacemos por pura diversión.
Pescar es algo más que sacar el mayor número de peces posible, también es disfrutar del entorno de su fauna y su naturaleza, y de ella forman parte fundamental estos animales que algunos quieren «controlar».
La mayoría de los pescadores no están asociados y muchos piensan como yo, que el único control de población que ayudaría un poco a nuestros ríos es el ejercido sobre el propio hombre, causante principal, bien por deporte o por sus vertidos contaminantes, del deterioro de los mismos.
Por ello, ánimo desde aquí a todos los organismos competentes en la materia a que no cedan a tan monstruosa petición.
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