¿Qué tiene que ver el smartphone del alcalde de Oviedo con la salud de mi hija?
Buena pregunta, ¿verdad? Vaya por delante que el color político del alcalde de Oviedo no es precisamente el mío, más bien todo lo contrario, y que no seré yo quien ensalce a alguien del PP por el mero hecho de pertenecer a ese partido (tan de actualidad en los últimos años, por cierto).
Entonces, ¿cuál es la finalidad de esta carta? Muy sencillo: destacar la rápida respuesta del señor Caunedo a una familia, llamar la atención sobre las deficiencias estructurales existentes en la Escuela de Educación Infantil La Florida y expresar mi opinión sobre las educadoras de dicha escuela. Me explico:
El pasado 19 de marzo (sí, el día del padre, para más inri) recibí una llamada a las 9.30 de la mañana desde la Escuela Infantil La Florida (no diré Guardería para que nadie del sector se me ofenda) diciéndome que mi hija de 2 años había sufrido una caída y se había abierto una brecha sobre la ceja, y que me dirigiera al Centro de Salud del barrio, adonde la habían trasladado. Una vez allí nos derivaron a Urgencias del HUCA, puesto que la brecha era considerable. Y vaya si lo era, ya que hubo que ponerle a mi pequeña cinco puntos como cinco soles.
¿Dónde entra el Alcalde en este asunto? Pues precisamente en este punto. Después de darle varias vueltas al tema, mi mujer y yo decidimos ponernos en contacto con él por medio de las redes sociales, y a primera hora del día siguiente pusimos en su conocimiento los hechos, sin otra intención que la de asegurarnos de que supiera de primera mano, y sin burocracia de por medio, lo que había ocurrido. Cuál sería nuestra sorpresa cuando no sólo nos contestó casi en el acto, sino que nos dijo que se pondría con el tema de inmediato. Y así fue: esa misma mañana, tras varias llamadas realizadas por él mismo en persona, hubo desfile de personal municipal por la escuela, tanto técnico como de mantenimiento.
¿Cuál es el problema, entonces? Pues que la diferencia entre un coscorrón, cuyo tratamiento serían unas aplicaciones diarias de Arnidol (bendito invento), y cinco puntos de sutura en la cara, que han de limpiarse cada 24 horas durante una semana, radica en hacer, o no, caso a las advertencias del personal de la escuela, que ya venía avisando, desde el primer día (la escuela lleva abierta unos años ya), de varios peligros existentes en el edificio, entre ellos el saliente metálico (inexplicable su presencia en casi todas las ventanas de la escuela, por cierto) contra el que mi hija se golpeó. Esperemos que, ahora que ha vuelto a pasar algo (no es el primer accidente), se ofrezcan soluciones. No pedimos ninguna reforma extraña, ni caprichosa, ni mucho menos provisional: Sólo las mismas que me exigiría el Ayuntamiento a mí si yo pretendiera abrir un negocio de similares características.
No querría terminar mi carta sin mostrar nuestro agradecimiento al Alcalde, que además me consta que va a seguir el tema personalmente, por preocuparse por nuestro caso y por demostrar que la política no la hacen las siglas, sean cuales sean, sino las personas. Y también a las educadoras de la E.E.I. La Florida, a todas en general, por la gran labor que desempeñan con los escasos medios de los que disponen, y a (Ll)una en particular, por su impagable actuación el día de autos.
P.D.: Señores políticos, estas chicas se pasan 8 horas al día con nuestr@s hij@s, algo de esto sabrán... Háganles caso.
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