Esta vida es pura mentira
Salvo un porcentaje minúsculo de esta sociedad, los demás individuos se mueven, quieren, alaban, babean, besan y sonríen simplemente por interés personal. Cuando incluso tienes a bien convivir con una de esas pocas personas positivas, cultas, solidarias y llenas de vida, también aparecerán sujetos anexos y cercanos en busca de la candidez que representan; son maleables y manejables, que como queriendo quedar bien con todos se convierten en una marioneta al servicio del interés y del egoísmo de otros sin ellos enterarse, poniendo en riesgo no en pocas ocasiones su estabilidad familiar cotidiana. Lo cual entramos de lleno en la mentira general que no es otra que todos tenemos un precio, unos económico, otros profesional, algunos dejándose llevar por la ingenuidad o el Egoísmo, y la mayoría tratando de explorar complementos en busca de una estabilidad emocional, sentimental y económica tratando de alcanzar retos marcados aunque solo fueran en sueños. Pero siempre hablamos de la misma substancia, nos acomodamos por interés mutuo. Como todo está cimentado en simple beneficio, hagan la prueba, a la primera de cambio que ustedes dejen de sonreír, aplaudir y se pongan a decir no, resurgirán esos misteriosos provechos convirtiéndose en desacuerdos fulminantes, disputas y si alguna de las dos partes no pone freno inmediato, el alejamiento de lo que antes se creía apego y pasión eterna personal, estará servido en bandeja fina, en un despertar de un sueño irreal basado en la ocultación mental de la cruda realidad de cada cual.
Por ello piensen para no llevarse decepciones absurdas, que nadie te ama porque tú eres un ser único, sino porque la obra interpretativa que está cimentada a tu alrededor, así se configuró y aceptó por intereses recíprocos. La afinidad y la lealtad tienen su línea roja, que no es otra que nuestra propia estima y dignidad como sujetos activos o pasivos en esta obra teatral basada en una mentira universal: Nadie quiere a nadie sin algún tipo de interés, salvo en muy raras excepciones ¿Cuántas se enamoran y forman familia con vagabundos? Por el contrario ¿Cuántos adinerados feos y peores de ver, oír y oler se les ven acompañados de bellas aunque creo baratas mujeres? el ejemplo lo pueden tener también a la inversa. Un ejemplo/ Te quiere esa sobrina que no te ve en meses y años, que no sabes ni donde vive, que no te invitó jamás a su casa, y se te aparece un buen día para decirte que quiere que seas su padrino de boda. ¿Qué haces? solo te queda seguir interpretando la gran mentira, o acaso lo hace porque eres la persona que más ama, no llegues a pensar siquiera que lo puede hacer por interés propio, ¡niégate! dile que no, y verás el cariño que te procesaba.
Creo que solo hay afecto autentico en los padres. Los hijos en general y resto de familia cuando ven que les causas problemas muy de seguido, te verán como una carga, no como ese ser querido que les trajera al mundo. Se convertirán en perfectos desconocidos capaces de a la primera de cambio arrinconarte en cualquier residencia geriátrica, siempre diciéndote que será por tu beneficio, todo tramado con la colaboración de otro ser que le acompaña, que dice amarle como a nadie, pero que le importa nada ser partícipe de esta mentira universal. Hay amigos de verdad, muy pocos, pero el trajín actual, lleva a cada cual a lidiar con los obstáculos que esta mentirosa vida les va colocando sin tiempo para apoyarse en quienes como ellos o ellas, sobreviven mintiéndose a sí mismos, la mejor y única manera de ser algo felices. Seguimos inmersos en la gran mentira, creo que es mejor ignorarla, como es mejor creer en Dios y no estar pensando que nos moriremos más pronto que tarde. Si reflexionáramos un poquito, ni tenemos amigos como creemos, tampoco esa familia idílica a la que confiar toda nuestra existencia, y quizás muy pronto tampoco nos tendremos a nosotros mismos, todo nuestro escenario solo es pura mentira. Todos conocemos casos, donde por un trozo de terreno se enfadan para siempre hermanos después de 50 años de llevarse bien, como ven, no se llevaban bien, solo que sabían representar cada cual perfectamente la obra teatral de esta vida, basada en la gran mentira: El interés personal hace de nosotros perfectos y perversos actores.
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