Carmen Vigil

30 de Marzo del 2014 - Ricardo Luis Arias (Aller)

Fue una mujer excepcional, completa y única en su tiempo. Y la primera que se liberó de aquella sociedad machista y retrógrada que tenía conceptuada a la mujer como un “ave de corral”, expresión despreciativa muy empleada entonces. Nacida con el siglo XX, Carmen Vigil, rubia y guapetona, oriunda de Mieres e hija de un prestigioso notario, además de ser licenciada en Filosofía y Letras hablaba varios idiomas, sobre todo el alemán. Tanto es así que fue profesora de español en la Universidad de Viena, de donde tuvo que salir por pies cuando estalló la II Guerra Mundial. La cultura y preparación de Carmen eran impresionantes, y lo asombroso de ella era que practicaba los deportes más conocidos de entonces, como la bicicleta, el tenis, el esquí y la natación. A sus 80 años se iba todos los días, en la Renfe, a Gijón, a pegarse sus buenos baños. En cuanto a la nieve, llegó a ser una gran esquiadora, participando en competiciones en Alemania y Austria. Fue la primera mujer que esquió en Pajares, antes ya de la II República, y allí fue donde la conocimos, en 1940, cuando el esquí asturiano cobró fuerza e importancia, de la mano de su iniciador, Jesús Suárez Valgrande, maestro y amigo, y de cuatro ilusionados soñadores como él. Unos “chiflados” para el vulgo.

Además de cuanto acabamos de expresar, Carmen Vigil era una virtuosa del piano, de la música clásica, y una artista pintando al óleo y a la acuarela. Dominaba el retrato y el paisaje, con un estilo muy personal y muy suyo. Creo que con esto queda plenamente justificado eso de que Carmen fue una mujer completa. Y casi nos atreveríamos a decir que fue única, sí, y que ninguna otra en España llegó a ser como ella en su tiempo, a dar su talla tanto en lo intelectual como en lo deportivo. Y hoy nadie la recuerda en su tierra ni en su pueblo. Nadie, ni ayer ni hoy, ha perpetuado su recuerdo de alguna manera. A última hora, Carmen se vio sola, sin amigos, sin nada. Hasta precaria y económicamente mal, sin más compañía que sus libros, su piano y sus pinturas.

La última vez que uno visitó a aquella gran mujer pudimos apreciar que ya presentía que el final de su viaje estaba próximo. Charlamos, recordamos y Carmen se zambulló en el pasado, en el que ella hizo historia en todos los sentidos, con una audacia ejemplar. Y en lo que al deporte blanco se refiere, que era lo nuestro y lo que nos hizo conocerla, Carmen Vigil también es historia viva del esquí asturiano, en el que hoy nadie la recuerda tampoco.

Como “superviviente” de aquel esquí pionero, obligado era traer hoy, aquí, su recuerdo. No todos te han olvidado, querida Carmen, y vaya para ti un fuerte abrazo desde esta otra orilla de la vida.

Ricardo Luis Arias

Aller

Cartas

Número de cartas: 49025

Número de cartas en Diciembre: 149

Tribunas

Número de tribunas: 2176

Número de tribunas en Diciembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador