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En defensa de los profesionales de la Sanidad asturiana

7 de Abril del 2014 - Jesus Alonso Penelas (Vegadeo)

De un tiempo a esta parte son bien conocidas mis reivindicaciones públicas ante el consejero de Sanidad, que además me constan tienen repercusión entre profesionales, sindicatos y la clase política, pues la administración sanitaria regional, con el respaldo del desgobierno de Asturias, está empecinada en llevarse por delante algunos logros adquiridos por la sociedad asturiana, al negarnos el derecho a la protección de la salud, el cual viene recogido en el artículo 43 de la Constitución española, punto primero.

Hasta hace pocas semanas mi lucha se centraba en la denegación sistemática por parte de la administración de algunos fármacos, no obstante la deriva de los irresponsables de la gestión sanitaria, me lleva a sacar a la luz algunos temas que desde mi punto de vista son el colmo del sinsentido, y la muestran más palpable de la catadura moral de algunos gestores de la administración sanitaria.

Pues si la denegación de los fármacos es ya de por sí deplorable e inadmisible, no existiendo en estos momentos argumentación alguna que justifique el proceder de la administración, pues en el transcurrir de los meses se fue demostrando que las argucias legales esgrimidas por el consejero no se sostenían por sí mismas, habiendo tras ellas tintes exclusivamente economicistas, que ahora terminaron por desembocar en un capricho estrictamente personal por parte de Faustino Blanco.

Más de uno se está preguntando en qué me baso para llegar a esta conclusión, no hace falta más que repasar los datos cronológicos de mi demanda y contemplar algunas de las argucias a las cuales la administración de agarro, llegando a intervenir algunos de los partidos políticos presentes en la JGP, como fue el caso de Foro Asturias, Partido Popular de Asturias y más recientemente UPyD, sin olvidar las voces de algunos profesionales médicos, a los cuales el consejero de Sanidad no pudo silenciar, el caso más sonado fue el de don Ángel Jiménez Lacave, con su artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA.-12/1/2014, El precio de los medicamentos contra el cáncer, más alto sí, pero no más claro.

Alguien pensó que tras aquella circular de 12 de agosto de 2013, emitida por la Gerencia del área Sanitaria IV - N/Ref. MJRG/ef, en relación a los tratamientos con acetato de abiraterona, donde sibilinamente se advertía a los profesionales de Oncología y Radioterapia que lo estaban solicitando, que dejaran de hacerlo, pues de continuar con dicha postura se podrían topar con medidas ciertamente desagradables, las cuales tardaron en llegar, no obstante, quien las tomó, no midió lo suficiente sus consecuencias.

Deseo dejar constancia de que los médicos a los cuales se intentan linchar profesionalmente no están solos, seguramente que la inmensa mayoría de los pacientes que eran atendidos por ellos no saben nada de lo que ocurre en el servicio de oncología y radioterapia, pero por desgracia para el consejero y Cía., algunos sí sabemos a lo que se está jugando desde hace meses.

Después de tener que soportar durante meses presiones de todo tipo no se puede separar del servicio a los profesionales como represalia por no doblegarse a las exigencias del consejero y el staff directivo del HUCA. Yo les pediría a todos los pacientes que si se encuentran que no los atiende el mismo médico que lo venía haciendo habitualmente, exijan hablar con el jefe de servicio, para que éste les dé las pertinentes explicaciones, pues con esta vendetta al más puro estilo de la mafia, lo único que se pretende es acallar las voces de los profesionales que considerando que el acetato de abiraterona es el fármaco más adecuado para el tratamiento del cáncer de próstata, llegado lo que algunos oncólogos denominan tercera fase de la enfermedad.

El consejero de Sanidad y el grupúsculo de secuaces que lo secundan llevan tiempo saltándose las normas a la torera, haciendo caso omiso a los criterios científicos que avalan la aplicación de algunos fármacos, no respetando los principios éticos que nadie mejor que ellos deberían conocer, pues están obligados a dispensar la atención al paciente que lo lleve a su pronta recuperación, o en su defecto, a ofrecerle una mejor calidad de vida con todos los medios materiales y de conocimiento a su alcance, los cuales deberán prevalecer por encima de otros intereses espurios, basados en una gestión caprichosa y economicista como la que están llevando acabo en la sanidad asturiana.

Es mi deseo que los partidos políticos que conforman la JGP tomen buena nota de lo que en esta carta digo, ya que algunos se niegan a ver las evidencias, me refiero a IU y PSOE, seguramente porque no les toca a ellos de cerca, y cuando alguno se ve afectado estoy seguro de que no sufren restricciones de ningún tipo. Es de esperar una reacción por parte de los sindicatos médicos, pues todos a una, familiares de los pacientes, médicos y sindicatos, no podemos ni debemos permitir que Faustino Blanco continúe cometiendo todo tipo de tropelías, que no sólo pueden costar vidas humanas, sino que además ahora se ataca a los profesionales de la sanidad que no se doblegan a sus caprichos, y que mantienen por encima de todo su juramento hipocrático y sus principios éticos.

Llegó la hora de que los políticos así como los sindicatos tomen las medidas necesarias para defender a los profesionales, exigir que sean respetados en primer lugar como personas, en segundo lugar como profesionales que son, algunos de ellos con muchos años de experiencia a sus espaldas, y en tercer lugar, exigir que aquellos que son atacados por la administración y a los cuales se les está linchando ética y moralmente, sean repuestos en sus puestos de trabajo, en las mismas condiciones que estaban antes de dar comienzo esta absurda caza de brujas.

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