Afán mingitorio sobre la educación
Cada vez que oigo hablar de educación me imagino a un perrito levantando la patita para mear en una pared. La pared sería la educación. Y el perrito, el partido político que gobierne (PP. o POSE). Cada vez que llegan al poder, suelen tener la tentación de levantar su patita y orinarnos una nueva ley orgánica de educación. Como diría el fallecido Félix Rodríguez de la Fuente: «nos dejan su impronta». Ese afán «mingitorio» de cada perrito sobre la meada del otro sería razonable, si la ley anterior llevara mucho tiempo en vigencia y hubiera perdido validez. Pero muchas veces «orinan una nueva ley» cuando la anterior no lleva implantada ni media docena de años, o incluso, ni siquiera ha entrado en vigor. Los más perjudicados: la educación, niños, familias, profesores/interinos. No vengo aquí a hablar de lo mal que está la educación, que lo está. Ni como padre. Sino como maestro interino sin plaza fija.
Como maestro interino, ese «baile de leyes» nos ha supuesto una incertidumbre constante en cada convocatoria de oposiciones. Obligándonos a cambiar programaciones y unidades didácticas y con miedo a cambios de temario a última hora. Además, los últimos años en la crisis, el baile de convocatorias y desmentidos ha sido la tónica general en las diferentes comunidades autónomas. Incluso el uso político de las oposiciones para conseguir votos (en año de elecciones convocaban aunque fuera un número irrisorio de plazas). Sin tener en cuenta que muchos de los interinos compaginamos trabajo y estudios. Los sindicatos otro tanto, al ser un negocio los cursos formativos y preparaciones para oposiciones, mantenían vivas las esperanzas sobre las oposiciones o peleaban por que sacaran un número ínfimo de plazas, que cualquier interino (trabajando) rechazaría.
Por si fuera poco, ahora la Administración autonómica decide «marcar también su territorio con orín» en asunto de oposiciones y listas de interinidad. Su intención es: «buscar un justo equilibrio entre los derechos laborales del actual profesorado interino y los nuevos aspirantes que han orientado su formación universitaria al ámbito de la docencia». Quieren primar más el examen que la experiencia. Supongo que no les mueve ningún interés económico (evitar pago de trienios)...
Miren, señores políticos: llevo trabajando de maestro interino desde el año 2006. He tenido que irme a Navarra, ya que aquí no tenía puntuación por años trabajados, ni cursos. He tenido que dejar mujer e hija (de año y medio) en Asturias.Ver a la familia una vez cada quince días. Viajar de noche, con lluvia, nieve y granizo. Recorrer unos 25.000 kilómetros de media al año para poder trabajar de maestro («por supuesto, con chófer y dieta, como ustedes, claro está»). Y finalmente, cuando consigo experiencia y formación para volver a Asturias y renuncio a mi plaza en Navarra, ustedes deciden dar más oportunidades a los recién licenciados. En cualquier trabajo es normal que te cueste empezar y que se valore más la experiencia (supongo que no ocurre lo mismo en política). A mí me ha costado mucho esfuerzo, trabajo, sacrificio y dinero. Dinero en cursos de preparación de oposiciones, cursos formativos (menudo mercadeo que hay), afiliación a sindicatos para abaratar coste de cursos, estudios de inglés, ya que cada vez convocan más plazas con perfil de inglés...
Los políticos no saben lo que es opositar, han llegado a sus cargos sin experiencia, formación, sacrificio o esfuerzo alguno, ni siquiera tienen conocimientos de inglés... ni falta que les hace. Tampoco tienen ningún remordimiento por sus estúpidas decisiones. Mejor sería que modificaran lo que está mal y nos dieran más posibilidad de trabajar en Asturias. Es ilógico que en las oposiciones en Asturias puedan meterse notas de exámenes de otras comunidades autónomas, que convoquemos oposiciones en fecha más tarde que nadie o cuando otros no convocan (efecto llamada) para que se puedan presentar de otras partes, que no te exijan presentarte a las oposiciones para permanecer en las listas, que no tengas los mismos criterios para las oposiciones que para formar luego las listas de interinos... Parece mentira que estas decisiones caprichosas en Asturias las tome una consejera del «gremio», que tendría que saber cómo funciona la educación aquí.
Francisco José Fernández Paredes
Oviedo
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