Geotrupes miente sobre la FOP y el urogallo
El pasado domingo se publicó en LA NUEVA ESPAÑA un artículo en el que se informaba de la acusación de la Asociación Geotrupes contra la Fundación Oso Pardo (FOP), responsabilizándonos de la tala de árboles y la eliminación de partes de bosque maduro en los montes de Riomolín y Corros, «destruyendo el hábitat de dos especies en peligro de extinción, el oso pardo y el urogallo». Estas declaraciones son una absoluta falsedad: la FOP no ha talado ningún árbol, no se ha actuado en ningún bosque maduro y no se ha destruido el hábitat de ninguna especie en peligro de extinción. Y esta acusación es de suma gravedad, pues, si así fuera, se nos estaría acusando de cometer un delito. En ningún momento nos hemos planteado en la FOP eliminar bosque maduro, sino todo lo contrario, velamos activamente por la conservación de los mismos, somos copropietarios de algunos de los mejores bosques oseros y plantamos decenas de miles de árboles autóctonos.
Con respecto al urogallo, la FOP ha actuado hasta el momento en dos montes situados en Cangas del Narcea, Larón y Corros, de los que somos copropietarios, y las acciones han consistido en desbrozar (de forma manual) matorral, principalmente extensiones cerradas de brezo. Estos desbroces se han hecho fuera de las masas arboladas y con la finalidad de promover una estructura de mosaico entre pastizal, matorral y arandanera que mejore el hábitat del urogallo, del oso pardo y de otras especies como la perdiz pardilla o la liebre de piornal. ¿Desde cuándo aclarar masas de matorral cerrado, favoreciendo el pasto y la arandanera, es destruir el hábitat de osos y urogallos?
Evidentemente, se ha contado con todas las autorizaciones administrativas necesarias, con el acuerdo de los demás copropietarios de los montes, y se han seguido los criterios y las recomendaciones establecidos en manuales y documentos técnicos sobre la conservación y la mejora del hábitat del urogallo.
Los desbroces se han realizado en el marco del «proyecto LIFE» del urogallo cantábrico, del que forman parte todas las administraciones de la cordillera Cantábrica, junto con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Fundación Biodiversidad, y la prestigiosa organización conservacionista SEO/Birdlife. La FOP ni forma parte de este «proyecto LIFE» ni lo respalda, como se afirmaba en LA NUEVA ESPAÑA, tan sólo ha participado, al igual que otras entidades, dentro de un programa de acuerdos para la custodia del territorio que oferta el «proyecto LIFE»; este tipo de acuerdos permite la implicación de los propietarios y los vecinos en medidas de gestión del hábitat, algo muy positivo para la conservación de las especies amenazadas.
En Corros la FOP ha desbrozado matorral en tres hectáreas y en Larón en diez, con una inversión total de 23.700 euros; si comparamos estas cifras con el coste total del «proyecto LIFE» (más de siete millones de euros) o con los centenares de hectáreas de matorral que se desbrozan anualmente en las áreas oseras asturianas, sorprende la preocupación que Geotrupes muestra por las limitadas actuaciones de la FOP.
Las mentiras y las falsas acusaciones de Geotrupes la desacreditan por completo. No deja de ser irónico que esta asociación se tilde de científica, cuando la base de la ciencia es el rigor, la objetividad y, también, la honestidad, términos todos ellos muy alejados de los procedimientos de Geotrupes.
Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP) Oviedo
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