Pobreza infantil, "marca España"

Según un informe muy exhaustivo de Caritas Europa, presentado hace unos días en Atenas, somos el segundo país de la Unión Europea con el mayor índice de pobreza infantil. Solo nos gana -por poco- en niños pobres, Rumanía. ¡Vaya bofetada para el engolado Gobierno pepero de Mariano Rajoy! Porque él y sus ministros presumen de salvadores de la patria, que van sacando pecho, afirmando que ya hemos salido de la crisis, que España va bien, que ya crecemos, y que este país va viento en popa... Pero, por desgracia, nos siguen mintiendo descaradamente y nos toman por tontos.

Esta cifra sobre la pobreza infantil es mucho más grave y preocupante al estar relacionada con la referencia de que España tiene el mayor grado de abandono escolar prematuro de toda Europa. ¡Como para tirar cohetes estamos, y luego fanfarronear de la Marca España! No somos aguafiestas; pero queremos concienciar sobre el futuro de millones de españoles: es más negro que el carbón de nuestras cuencas mineras.

¡Marca España, para sonrojarnos! Ante tanta parafernalia de frases grandilocuentes y vacuas sobre el bienestar de los españoles, nos vemos obligados a reflexionar sobre la hipocresía y doble moral de algunas personas e instituciones, que se tildan de muy religiosas y cristianas. Aquellas que se oponen duramente, por ejemplo al aborto en las circunstancias de malformación fetal. Pero qué hacen, qué han hecho después, por esos niños mal nacidos que tanto defienden siendo fetos? ¿Qué hace por esta infancia paupérrima el ministro Gallardón con su reforma de ley antiabortista, bautizada por los sectores más duros de la Iglesia, y por sectas fundamentalistas cristianas? ¿Qué planes emprenden para paliar el hambre y la miseria de esos millones de chavales españoles, aquellos que alardean defenderlos tanto proclamando su derecho a la vida para que nazcan a esta dura realidad?

España, un país de hipócritas, segundo estado europeo en pobreza de menores, pero también donde existen ya 700.000 hogares en los que no entra un euro, ninguna remuneración económica o ayuda social. Y siguen los datos de la vergüenza nacional: casi 12 millones de españoles están afectados por distintos procesos de exclusión social; de los cuales, 5 millones viven situaciones de exclusión severa. Todo esto se añade a otros puntos del informe de Cáritas que nos constatan que más del 17% de los hogares españoles sufren también pobreza energética. Y que en el invierno pasado ha habido más de 7.000 muertos por esta causa, al no poder pagar el consumo de energía.

En España las tasas de paro son alarmantes, casi cinco millones de desempleados. No hay trabajo, ni la ministra Fátima Báñez y su Virgen del Rocío crearán empleo. Como tampoco lo va a crear la santa andarina abulense en su V centenario teresiano. Estos problemas de la pobreza no se solucionan organizando muchos mercadillos caritativos, operaciones bocata, limosnas o colectas en las misas, maratones televisivos para ayudar a una España precaria casi tercer mundista. El informe de Cáritas Europa es demoledor. Las medidas de austeridad como siempre hemos denunciado- nos han llevado a esto. Rajoy ya afirmaba inútilmente en 2013- que la pobreza infantil se combatía con empleo. Y ya vemos, un año después, los resultados de sus vacuas promesas. Ya hace dos años otro informe de Unicef presentaba datos parecidos: España a la cabeza de la pobreza infantil de los 21 países de la Organización para la Cooperación al Desarrollo Económico (OCDE).

Con estas pesimistas perspectivas, los españoles no vemos a la UE como la salvación sino como una organización económica de élites que está detrás de las medidas que han arruinado y empobrecido a muchísimos españoles. Además, Alemania pretende expulsar a los ciudadanos de la UE que no consigan un trabajo en seis meses. Todos comunitarios pobres que son muchos millones-, teniendo derecho a la libre circulación por el territorio de la Unión, podrían verse fuera de Alemania si no encuentran un empleo en ese corto plazo de tiempo.

Para los españoles, hace ya tiempo, Europa simbolizaba la libertad, la modernidad, la solidaridad, el bienestar. Está claro, que actualmente ese mito no es así. Intervención económica global eufemísticamente lo llaman rescate, como si fuera algo provechoso y, en la práctica, una intervención económica que ha obligado a la aplicación de políticas de austeridad, dictadas por los intereses de los acreedores, que vienen a ser, en buena parte, esos mismos bancos alemanes que contribuyeron a generar la crisis económica, inflando las burbujas inmobiliaria y financiera.

Ahora somos más pobres desde que los hombres vampiro de la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) decidieron el rescate bancario y las reformas. O sea, "devaluación interna", que ha consistido en bajar los salarios de los más desfavorecidos y de las clases medias, y en recortar los servicios sociales que garantizaban la protección social en la infancia, en la enfermedad, en el paro, en la jubilación. Por el contrario los salarios de los ejecutivos han seguido una espiral alcista, un 7% el año pasado; amén de las escandalosas millonarias prejubilaciones de los directivos de los bancos y cajas. Las consecuencias de estas cifras escandalosas y vergonzantes de la pobreza en España se deben a esas políticas de austeridad, bajo empleo y apenas crecimiento que propicia el Gobierno del PP.

Claro, si a esto sumamos, que en marzo ha habido una caída del IPC, de los precios, del consumo, con grave riesgo de deflación, no se dónde ven los ministros peperos que España está ya saliendo de la crisis y con crecimiento económico. No, aquí no hay crecimiento ni bienestar en millones de hogares. Los abuelos pensionistas- siguen tirando del carro de millones de hogares españoles, manteniendo a hijos y nietos. Pero la recuperación económica se le atraganta al Gobierno en este primer trimestre. Los precios caen; las ventas se reducen; el crédito no regresa a la economía, la morosidad continúa imparable. Las cifras reales no casan por el momento con las optimistas previsiones del Ejecutivo.

Y para ahondar más en esa pésima gestión del Gobierno de Mariano Rajoy, seguimos con la corrupción política, poca transparencia institucional, nula sensibilidad social, prebendas, amiguismo. La inacción gubernamental provoca en los españoles la animadversión hacia la política y los políticos.

Quieren que seamos Europa. Continuaremos siendo comunitarios de la UE, sí; pero más pobres también. ¿Y en un futuro inmediato, nuestros hijos y nietos serán ciudadanos de la UE de pleno derecho?

Angel Lozano Heras Oviedo