Dedicado a Adolfo Suárez
Como norma habitual, cuando alguien cercano, un familiar, un amigo, un conocido, nos deja para siempre, son los amigos, los familiares, los allegados, los que se acercan a ti con el fin de reconfortarte y animar ese sentido que ahora tienes tan decaído.
Pero, como emulando a esa gran película donde Patrick Swayze juraba proteger eternamente a Demi Moore, ¿qué pasaría si el que se va quiere decir sus últimas palabras?
Como si hubiera una ventana asomando a ese exterior y ver a todos, cuánto han representado en cada una de las acciones de tu vida.
Sus rostros, sus voces, sus recuerdos contigo como protagonista, ese amor, esa amistad, ese vacío por ti dejado.
Como un ser invisible, quedarte a la puerta de la iglesia y con esa mano tendida al aire poder estrecharla a todos, los que por ti han acudido en ese último adiós, mientras desde tu alma un suspiro volará de su interior a lo más bonito del cielo, pronunciando con sentimiento la palabra gracias.
Juan Ángel Moreno
Oviedo
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