¡Hombre, ya es pasarse!
Yo creo que ya es pasarse. No es que venere yo a Franco, a quien no le debo nada en particular a no ser el disgusto que ocasionó a mi familia por la persecución injusta que sufrió mi padre, llamado a filas en la República y condenado después a doce años de prisión por haberla servido (que en la práctica quedó reducida a tres), a pesar de que la sentencia del Consejo de Guerra reconoció su buena conducta y actuación. Sí debo reconocer, porque de lo contrario sería injusta, que la etapa de la historia que me tocó vivir en el período franquista (exceptuando la experiencia que sufrió mi padre) fue un período de paz y de tranquilidad, quizás de más tranquilidad de la que gozo ahora.
Digo que ya es pasarse y lo digo con sentido del humor, el que se exija ahora a su familia que devuelva una moneda de oro que en su día se le puso o regaló a Franco. Lo digo riéndome pensando en que hasta se le exige a la familia que sea ordenada. Desde luego que puedo asegurar que si me pidiera a mí algo similar con respecto a mi padre o a alguien de mi familia, difícilmente podría devolverla porque sabe Dios dónde estaría.
¡Hombre! La verdad, yo creo que se pasan. Para encima se pasan los que en su mayoría- no han sufrido ninguna persecución por parte de Franco.
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