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¡Que los árboles no nos impidan ver la frondosidad del bosque!

9 de Abril del 2014 - Lusi Carlos Méndez Fernández (Tapia de Casariego)

El pasado día 22 de marzo, tuvo lugar en Madrid una de las mayores manifestaciones que se recuerdan en los últimos tiempos: Las Marchas de la Dignidad.

Mientras la prensa y cadenas de televisión extranjeras destacaban la gigantesca manifestación procedente de todos los rincones de España, para denunciar la urgencia social y las políticas de austeridad, llevadas a cabo por este gobierno al dictado de la troika, mencionando además los disturbios que hubo tras la protesta pacífica, donde también hubo un gran despliegue policial con motivo de la misma; los titulares de la mayoría de los medios de comunicación nacionales (salvo algunas excepciones que hacen eco de la protesta) sólo hacen mención de los disturbios habidos.

Es muy triste, que habiendo una manifestación tan multitudinaria, con una consigna tan clara, habiendo hecho un recorrido pacífico; lo importante sean los incidentes provocados al final por algún descontrolado o infiltrado y no el fondo de la cuestión que es el motivo de la manifestación. Es indignante asimismo la manipulación periodística por parte de ciertos medios de comunicación, en complicidad y de la mano con el propio gobierno, que parecen puestos a disposición del mismo.

Esta manipulación supone que, de una forma calculada se distorsiona la realidad de lo ocurrido en este día, pasando a ocupar los titulares lo que sería secundario, sin mencionar o haciéndolo de forma soslayada lo que deberían ser los titulares, lo verdaderamente importante, lo que una amplia mayoría de la sociedad demanda y reclama en justicia, que no es más que dar solución a la situación límite en que está inmersa una gran parte de la sociedad de este país y que se aparquen de una vez por todas las políticas de austeridad impuestas por Alemania que sólo defienden los intereses de las grandes fortunas.

Se nota además que se acercan las fechas de las próximas elecciones europeas y no se pueden dejar los cabos sueltos. Esto se asemeja a una situación preconstitucional, que continuamos en una cuasi dictadura, que para tener noticias imparciales y más fidedignas con las excepciones anteriormente comentadas, hay que acudir a leer la prensa internacional. Los teóricos guardianes de la defensa de las libertades que están recogidas en la Constitución, parecen convertirse en los mayores detractores e interpretan y aplican las leyes y utilizan los poderes, según su conveniencia.

La cobertura social de la ciudadanía en los últimos tiempos no ha dejado de disminuir, siendo creciente el número de personas que carecen de recursos, pese a los discursos preelectorales de los representantes políticos que pregonan que la situación va mejor. ¿Mejor para quienes? Si quieren enterarse de cómo realmente va la situación, que se bajen de sus pedestales y se aproximen al ciudadano de a pié y le pregunten si nota esa recuperación pretendida. Los que más están padeciendo esta crisis, necesitan soluciones ahora y poco les interesa las previsiones macroeconómicas que pregonan para el futuro, que quizá den resultados a las grandes multinacionales, pero de momento no repercuten en los menos favorecidos, los que mayormente sufren la crisis.

Las grandes fortunas siguen creciendo y las desigualdades económicas y sociales en los últimos años no dejan de acrecentarse. La tortilla, cada vez está peor repartida y los políticos que dicen representarnos, son los mayores valedores de los grandes poderes económicos que una vez conseguido su escaño, se alejan más de los ciudadanos, hasta que los necesiten de nuevo en las próximas elecciones. Estamos viviendo una de las peores etapas desde que se instauró la pseudodemocracia que nos toca vivir, donde la valoración de las clase política (salvo algunas excepciones) no puede caer más baja. Abusos de poder, casos escandalosos de corrupción, desmantelamiento de los servicios sociales, la educación, la sanidad. Las administraciones públicas, en muchas ocasiones están controladas y dirigidas por políticos de turno, que colocan a sus lacayos y trepas en puestos de mayor relevancia sin tener en cuenta en muchas ocasiones su valía para ocupar tales puestos, para así tener a su servicio y mejor control toda la administración.

¿Quiénes nombraron a los responsables de las Cajas de Ahorros que tuvieron que acudir al rescate? ¿Dónde están los supervisores de estas entidades? ¿A qué responden esos blindajes, con indemnizaciones millonarias a sus altos directivos por llevarlas al desastre? ¿Quiénes son los responsables de todo esto? La respuesta a estas preguntas y otras muchas, todos las sabemos: los políticos de turno.

Según un informe de Caritas para el 2013, más de 3000.000 de personas viven en España con menos de 307 /mes, siendo el segundo país de la U.E. con mayor pobreza infantil. Con menos de la décima parte del rescate a la banca, se hubiera eliminado la situación de pobreza extrema en la que se encuentra una gran parte de familias españolas. Dice en un estudio de Caritas Española y Foessa: "rescatar a los 700.000 hogares sin ningún tipo de ingresos que hay en España tendría un coste de 2.600 millones de euros, la mitad de lo que supondría salvar las autopistas". Según las citadas organizaciones, las medidas de austeridad han fallado a la hora de solucionar los problemas y generar crecimiento.

Hablando de austeridad, esta precisamente debería de implementarse, dentro del propio gobierno y del congreso de diputados, rebajando sus prebendas, sus salarios, sus dietas, igualando los derechos a las jubilaciones con el resto de las personas, suprimiendo las diputaciones y el Senado (destino de jubilación gozosa para muchos expresidentes autonómicos y otros más), que según dicen algunas de sus señorías y estoy totalmente de acuerdo- no sirve para nada, eliminando coches oficiales y todo lo que les rodea, no privatizando servicios que ya realizan y tienen encomendados en sus funciones los funcionarios; que incompatibilicen las magnificas pensiones que perciben algunos políticos jubilados, que tengan cargos remunerados en consejos de administración en grandes empresas o se dediquen a dar charlas remuneradas, etc., etc. En verdad, si se tienen buenas intenciones y se desea arreglar la situación, hay mucho donde recortar, sin llegar al más débil.

Por otra parte ¿Por qué no se disminuye el número de diputados? Aplicando la disciplina de voto que impera, ¿qué importancia tiene el número de ellos? ¿Por qué no se ponen de acuerdo todos los partidos políticos para instauran listas abiertas y sin disciplina de voto? ¿Acaso alguno teme no salir en la foto?

Sí, ahora saldrán todos a la calle a pedirnos nuestro voto, nos explicarán todas las bondades de sus políticas y denostarán al contrario con todos los descalificativos a su alcance. Yo creo que ya no engañan a nadie, la gente es más inteligente de lo que suponen, pero está muy cansada. Ocurre que para cambiar la situación en la que nos encontramos, a la mayoría de los mortales, de momento sólo nos queda limitadamente como comprobamos recientemente- el derecho de manifestación y expresión. Si nos quitan el derecho de hacernos oír a través de las manifestaciones u otros medios de expresión, ¿que nos queda? ¿No deseará alguno que se acuda a las armas como en el reciente pasado? Supongo que no. Las medidas represoras y de censura que se están aplicando últimamente, suponen una vuelta atrás, un retroceso en los derechos y libertades alcanzados. Quiero pensar que no todos son iguales y recapaciten y rectifiquen sus errores.

Por otra parte, hay una generación entera que se siente totalmente abandonada y defraudada por un país, que según otorga la constitución tienen unos derechos al trabajo, a la sanidad, a la educación, a una vivienda digna, etc. etc., pero que todo parece papel mojado. Espero y deseo de verdad, que a quienes corresponda y tengan mayores responsabilidades en la toma de decisiones, sean verdaderamente útiles a la sociedad a la que se supone sirven, dejen de ser egoístas, vayan tomando cartas en el asunto y que todo esto no se les vaya de las manos. Hay personas y familias enteras que están al límite. Piensen que algunas veces de tanto tensar la cuerda puede romper. Deseo que no suceda.

Hace mucho tiempo una persona, a la que quiero mucho entonces niño- me decía esta cita: después de tocar fondo, sólo queda subir. Espero que ya hayamos tocado fondo y que así sea, que no se alargue esta situación demasiado y se reequilibre la balanza en favor de los más necesitados, que desgraciadamente son los más, lo cual redundará en beneficio de todos.

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