Lo que dijo JFK
Hay personas que son «comunicadores». Dicen lo que tienen que decir y llega su mensaje a los que tiene que llegar «alto y claro», y les dice algo que «necesitaban oír», porque es verdad y porque conviene que lo oigan en ese momento.
Yo he tenido la suerte de trabajar en uno de los primeros teleprocesos del mundo y valoro en mucho lo que es llegar con un mensaje sin errores a donde se tiene que llegar, aunque eso hoy no se tenga en cuenta. Las comunicaciones, hoy en día, casi nunca fallan, y eso a pesar de que se podría decir que hay un exceso de comunicación. La propaganda de todo género que nos inunda produce hastío y hasta cabreo.
Pero volvamos a los «comunicadores», que es otra cosa distinta.
En el primer mensaje de JFK, del 20 de enero de 1961, se pudo oír aquello de «entonces, compatriotas, no pregunten qué puede hacer su país por ustedes, pregunten qué pueden hacer ustedes por su país».
Hay otro mensaje, de otro líder, que cuando se escucha a uno se le pone el vello de punta. Es el discurso de Winston Churchill en la Cámara de los Comunes en plena Segunda Guerra Mundial, el día 4 de junio de 1940. Es cuando dice aquello de «We shall fight on the beaches» («Lucharemos en las playas»). Y, sobre todo, aquello de «We shall never surrender», que es una manera hermosa y rotunda de decir en otro idioma «nunca nos rendiremos».
Es curioso lo mucho que podía decir aquel hombre y lo bien que lo decía cuando conseguía alejar el puro de sus labios y dejaba la boca expedita. Asusta el considerar que habiendo pasado tan pocos años, estas frases hoy no se digan. Pero lo que más asusta es que hoy estas frases no se puedan decir. Bien es verdad que no estamos en guerra, pero hoy todo se ha vuelto pequeño, mezquino y, sobre todo, muy alejado de la verdad, que habría que escribir con mayúsculas y reverenciarla, por lo huidiza que se ha vuelto.
Hay un problema ahora en el mundo. La gente comunica bien, pero sin contenido. Se dicen cosas, pero no son importantes. Aquí, en España, apareció un individuo, ZP, que hablaba de las nubes, del viento, de su abuelo, y poco más. En USA, el imperio aunque nos pese, hay un hombre, que es una réplica de Zapatero, pero tintado en negro. Dice cosas, las dice bien, pero no contiene nada su mensaje. Es como si su mensaje sólo contuviera ceros binarios, que es la representación, en informática de lo absolutamente vacuo.
La pobreza de miras en las que nos movemos hace que nuestros líderes traten de no molestarnos. No nos piden que luchemos en las playas de la vida, ni que pensemos en lo que cada uno ha de darle al país, como hacían los ya mencionados, simplemente nos suben el IRPF y el IVA, Y así nos cabrean y evitan que pensemos. Y es que, si pensamos, cualquiera sabe adónde podemos llegar.
Bueno, realmente ha sido peor. A algunos colectivos, además, se les han reducido sus percepciones, sus emolumentos. ¡Se les ha bajado el sueldo, vaya!
Por el contrario... ¿Han oído ustedes que se eliminen algunos de los coches oficiales en este país, que son más que en USA? ¿Han oído ustedes que se eliminen las subvenciones a los partidos políticos y a los sindicatos? ¿Han oído ustedes que se eliminan los consejeros áulicos que se pagan con fondos públicos, que son legión y permiten fomentar el amiguismo? ¿Les suena que se podría suprimir el Senado, las Diputaciones y cientos o miles de ayuntamientos? De las llamadas autonomías, ni les cuento. La Seguridad Social, la Justicia, etcétera, están plagadas de sistemas incompatibles en cada una de ellas, que además del gasto suponen pérdidas de tiempo e ineficacia buscada del conjunto, con el que hay que acabar.
¡Pues eso! ¡Nosotros, a luchar en las playas!, y ellos, a seguir en una playa muy rara con moqueta, con unos sueldazos que se «autoimponen», aguantando en «el puesto que tengo allí» a toda costa, que a mí me suena de algo. ¿Qué quieren que les diga?
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