El puente de Ribadesella
Según alumnos del Instituto y usuarios del Polideportivo –que lo cruzan dos veces al día– y las familias del Picu y La Playa, obligadas a pasarlo –con o sin críos– los 365 días del año y de forma intermitente.
Sin reservas, agradecemos a nuestra Alcaldesa la última propuesta que planteó a Obras Públicas para –demoliendo una de las aceras del Puente– duplicar el ancho de la otra a fin de facilitar el tránsito de los ancianos y las sillas de ruedas con minusválidos, bebés, triciclos, cestas de la compra...
Sin embargo, mientras esperamos el nuevo puente, pediríamos a la Corporación municipal y a Obras Públicas que en vez de demoler una acera para ampliar la otra inviertan ese dinero en construirnos dos amplias e imprescindibles marquesinas a lo largo de la acera que mira a la bahía, dado que es en ésa –y no en la otra acera– donde es más fácil protegernos de los innumerables chaparrones que nos llegan con los vientos de lNorte. Y ya, de paso, que nos eliminen los escandalosos charcos con que los vehículos duchan a los peatones en los días de lluvia.
Pero, en efecto, preferimos mantener las dos aceras actuales porque, aún estrechas, ¿protegen? a turistas, pescadores o espectadores de pruebas deportivas y sus organizadores.Aunque, eso sí, siempre que se incluya –sin costo alguno– la mejora vital y complementaria siguiente:
Establecer un sentido de dirección única y permanente en cada acera para los usuarios de las sillas de ruedas ya mencionadas. E incluso, señalizarlas como dirección recomendada u obligatoria para todos los peatones en los momentos álgidos del verano. Bien entendido que la dirección de los peatones debe ser la que les permita divisar de frente y a lo lejos, el autobús que se les acerca rozando el bordillo de su propio acera. Única de poder ponderar el potencial peligro «que se les echa encima». ¿O, no pasan esos grandes vehículos rozando también nuestro ropaje? Por el contrario, ¿acaso no es como para ponérsenos los pelos de punta pensar que ese peligro, aún a día de hoy, sigue sorprendiendo por la espalda a nuestros niños, adolescentes y ancianos?
María Sandra Sánchez del Corro y ocho firmas más
Ribadesella
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