El pago por visitar la Catedral
Empiezo por aclarar que no he nacido en Oviedo. Cuando hace unos meses me trasladé a vivir a esta ciudad y empecé a hacer los trámites necesarios (empadronamiento, cambio de domicilios en el banco, Seguridad Social etc.) me sentí gratamente acogida. En todas partes me recibieron con un efusivo ¡Bienvenida a Oviedo¡ Quizás por ese motivo y por el carácter amable y generoso de su gente, me ha llamado más la atención las críticas negativas que he oído y leído, incluso en este periódico, sobre el pago de las visitas a la Catedral.
Opino que la de Oviedo es una de las más bonitas de España y que para seguir manteniendo su belleza y decoro es necesaria una colaboración por parte de todos los que podemos disfrutar de ella. Por supuesto que ya tengo mi bono anual de ¡8 euros! y que he realizado una visita detenida acompañada de un auricular que explica de forma clara y completa, todos los detalles interesantes, tanto desde el punto de vista cultural, como doctrinal y piadoso. ¡Es la casa de Dios! Doy mi enhorabuena a las personas que han contribuido a hacerlo posible.
¿De dónde se han sacado que la catedral cobre por rezar en ella? ¿Acaso a alguien le han exigido dinero por asistir a los cultos o visitar al Santísimo en la capilla del Rey Casto? Probablemente las personas que han sugerido estas posibilidades ni siquiera son habituales visitantes de estos actos.
Por otra parte, cuando he viajado a otros lugares de España y Europa, he tenido que abonar por visitar sus catedrales, una cantidad a veces mayor que el bono de Oviedo, del mismo modo que he tenido que hacerlo para entrar en cualquier Museo.
Animo a los ovetenses que aún no lo han hecho, a contribuir con esa aportación en beneficio de todos. Me alegra poder decir que una ciudad tan limpia y cuidada como Oviedo, no merecería albergar las joyas que guarda su Catedral en un edificio oscuro y deteriorado por el paso del tiempo. Ojalá otras ciudades se decidieran a hacer algo semejante.
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