El Franco, un concejo en continua línea ascendente
Los pueblos, al igual que los municipios, son lo que son sus gentes y sus regidores. El Franco, un concejo de 4.076 habitantes en la actualidad y una superficie de 78 Km.², con un relieve propio del ámbito geológico occidental, se extiende orientación Norte-Sur desde la rasa litoral hasta las montañas del interior, alcanzando alguna de ellas hasta los 800 metros de altitud, y formando todo ello un rectángulo algo irregular en el occidente de Asturias. Es evidente que el municipio ofrece un rico y notable patrimonio tanto natural como artístico-histórico y cultural, sin descuidar la variada gastronomía en platos jugosos de huerta y mar. Entre los sectores productivos destaca la actividad agrícola ganadera, que constituye la principal fuente de riqueza en la zona, si bien tienden al alza la industria y los servicios. Pero no es la visión geográfica, económica o histórica la que nos interesa hoy aquí, sino subrayar el dinamismo de unos líderes y colaboradores, quienes con diligencia y laboriosidad han tratado de cumplir bien con su deber. Me refiero al actual equipo regidor del concejo, integrado por diversas personas, desde su alcaldesa, Cecilia Pérez Sánchez, hasta el último empleado de esa institución, por la brillante y eficaz labor que están realizando al frente del municipio franquino. Al margen del signo político o del partido al que puede pertenecer cualquiera de ellos, es de justicia reconocerles y felicitarles por las innumerables y significativas obras de nueva construcción y de mejoramiento que han acometido, algunas de las cuales ya están finalizadas y otras, en vías de ejecución, por lo que al equipamiento de servicios colectivos principalmente se refiere. Llevo 38 años viviendo en la zona, algunos de los cuales trabajando en la mejora del medio rural, y veo con gran satisfacción la relevante transformación urbanística y de servicios que han experimentado los pueblos de la comarca, que, partiendo inicialmente de muy escasos recursos y deficientes medios, han llegado a alcanzar niveles nada desdeñables de bienestar material y social en un lapso relativamente breve de tiempo. Sin embargo, a pesar de los logros conseguidos, no podemos caernos en la autocomplacencia y menos en la inoperancia. Hay mucho que hacer todavía por y para todos, no sólo en obras y servicios señalados, sino de una manera especial y significativa en la mejora de una convivencia cívica, familiar y personal que resulte justa, solidaria y verdadera para cualquier persona. Serán objetivos que, en algunos casos, podrían rebasar las competencias de un ayuntamiento, ya que no son directamente de la incumbencia institucional o municipal, sino más bien de la responsabilidad personal y familiar: fundamento y base de la verdadera sociedad que queremos construir. Yo felicito a los que han demostrado ser capaces de trabajar con seriedad y entrega, con iniciativa y entusiasmo, como un grupo homogéneo, bien cohesionado y eficaz, siempre con las mejores disposiciones de atender a las exigencias ciudadanas y cumplir con las obligaciones y tareas de la función pública, a ellos encomendadas. Les animo sigan con la misma tenacidad, ilusión y generosa entrega en el cumplimiento de sus obligaciones municipales, en bien de los destinos de un concejo singularmente bello, atractivo y pacífico, al que bien quisieran pertenecer muchos.
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