¿Triste soledad de la universidad magnífica e indignada?
Las universidades prosiguen enfrentándose a cambios esenciales cuales son la “europeización (¿pacto de Bolonia?) e integración en las redes llamadas de excelencia, derivadas de la globalización y su anexada competitividad. La excelencia conceptual se liga a cuantificaciones de publicaciones, patentes, citaciones y movimientos creativos socioculturales. La real excelencia está basada en promover la permanencia de los estudios y el máximo de estimulaciones de nexo docente-investigador, así como las conexas profesionales. Todo ello como forma de bien cimentar los diversificados conocimientos y sus multiplicadas ramificaciones; tal cual queda significado en el “árbol de las ciencias-estudios”, de actual introducción como marca cultural creativa-experimental universitaria. Las realidades de la globalidad requieren mezclas de excelencia conceptual y real. Éstas son difíciles de conseguir siempre y poco viables circunstancialmente.
Subtítulo: El redimensionamiento de la institución académica
Destacado:Todas las universidades deben procurar el espíritu del estudio y apoyo a los estudiosos, en las circunstancias realistas próximas social y económicamente
La universalidad buscada desde la Universidad es una tendencia, un horizonte; con riesgos y primas de riesgo, las cuales obligan a frecuentes redimensionamientos de objetivos, que no queda otro remedio que asumir. La comunidad de estudio debe permanecer. Las clasificaciones en esas otras ligas internacionalizadas que se tratan de realizar contando… los “goles publicación”, citación, patente, etcétera, son más una acción de gestión que un fin. El instrumento es el estudio universal con finalidad de conocimiento; no instrumentado con excesos de ansiedad de excelencia, mediatizada por la sobrecuantificación. El más verdadero instrumento es el estudio, trasmitido como habilidad y labilidad. El final será la permanencia de éste para utilizar la tierra y sus materiales (recursos naturales); también procurando no descuidar los conocimientos que ayuden a dominar o regular la dinámica biótica, no biótica, cíclica y destructiva connatural (desastres naturales); también la generada (contaminación) por el desarrollo humano (desastres del desarrollo tecnológico). Todas las universidades deben procurar el espíritu del estudio y apoyo a los estudiosos, en las circunstancias realistas próximas social y económicamente. La proximidad facilita el conservacionismo real del suelo, subsuelo y ambientes, verdaderas “células madre terráqueas”; éstas requieren permanentes actuaciones de prevención-sanación que deben salir de la universalidad-universidad localizada. Convertida en “hospital geocientífico terrestre”. No nos preguntemos si soy excelente autóctono o debo de ser “fugado”; ayudémonos a mantener el interés disciplinado por el estudio de las ciencias, cultura de la tierra, vida y espacio.
Más allá de la excelencia, supradimensionada en expectativas y controlada en multiplicadas estadísticas. ¿Probablemente esto es lo que nos quieren decir los “universitarios llamados desencantados”, que no percibimos claramente, con tanto ruido emitido desde el excedido fondo mediático, así como sociopolítico? La universidad siempre fue joven, para afrontar el rejuvenecimiento permanente que es la universalidad, y su enigma planetario-terrestre vitalizado, en el desarrollo de técnicas aplicadas y conocimientos. Los éxitos son deseables para las comunidades universitarias. No debieran dejar de persistir en desarrollar el esfuerzo por el multiplicado así como diversificado estudio global. Cuente, además, con el precarizado apoyo económico de todas las instituciones en que está implicada y de todos en la sobriedad de su gestión; mucho más, si cabe, en este momento tan difícil para tantos jóvenes que quieren seguir siendo útiles desde el estudio responsable.
El mejor cimiento universitario es la “roca del estudio permanente y diversificado”. La cimentación sobre roca con “arenas” oportunistas, de modos y modas de ciertas excelencias e indignaciones diversas heterogéneas, no es el más adecuado soporte para la global responsabilidad de la universidad. El camino en las actuales circunstancias es el redimensionamiento de los excedidos servicios ofertados y no bien desarrollados por las universidades nominales todas y tantas; atrapadas en la red de redes, significada por la globalidad económica. Las re-cimentaciones del estudio docente y discente, reforzado y con labilidad-movilidad personal y económica, serán mucho más duras de lograr y menos comprendidas, así como rechazadas, con indignaciones desmedidas. Recordando, no olvidemos cuántos centros de estudio, hoy llamados todos universidades, aparecieron-desaparecieron y se reordenaron para…. permanecer. La Universidad de Oviedo..., ”la nuestra Universidad”, está en pleno proceso y difícil momento de redimensionamiento de sus estudios y accesos a los mismos. También debe afrontar la muy compleja tarea de re-cimentar los diversificados aspectos económicos y de gestión que plantean estas instituciones de siempre; concebidas últimamente cual multiplicadas y polivalentes fábricas del estudio y de estudiosos, sin valorar debidamente sus recursos económicos contabilizados y de servicio público. Además, esta universidad debe preparar la re-cimentación de la futura dirección-rectorado, ya anunciada mediáticamente. Suerte para tantos deberes pendientes, derivados de un duro redimensionamiento. Que las universidades no desaparezcan bajo el peso del “fracking” (fracturación) económico y de los vaciados (migraciones-cierres temporales de magnificadas edificaciones (¿) es el deseo del momento; sobredimensionado mediáticamente por el cataclismo cultural y de estudios (¿) que corresponde afrontar, con redimensionamientos y re-cimentaciones realistas. Triste y sola…, no debe quedar la universidad…, más allá de los parámetros folclóricos, manifestados en momentos de juvenil alegría; sí debe quedar alejada de los otrora "Montes de Piedad” para los libros del ayer, y hoy con la finalidad de afrontar matriculaciones y los diversos estudios del actualizado desarrollo. Ayudemos todos; los magníficos y magnificadores de los riesgos asumidos, excedidos en expectativas de ayer… También los indignados de hoy, por los duros requerimientos de la imperativa dedicación y gestión sostenible de la universidad de siempre, con espíritu continuista, como la de Oviedo.
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