Puntualizaciones sobre Las Regueras-Torrestío

Tras las recientes noticias publicadas sobre el proyecto de la ruta de alzada Las Regueras-Torrestío y la «carta al director» remitida a este diario por el Alcalde de San Emiliano, consideramos oportuno señalar algunas puntualizaciones.

En primer lugar, y como señalaba el citado alcalde, Torrestío no es una braña, sino una villa, como se designa en la documentación por nosotros consultada. En el Archivo General de Simancas se conserva la confirmación de un privilegio dado en Zamora, el 20 de noviembre de 1372, por el rey Enrique II a Gonzalo Bernaldo de Quirós, como reconocimiento de los servicios prestados a la Corona. Entre los lugares que el Monarca dona a Gonzalo se dice: «Los ynfantadgos que la dicha doña Ysabel Ponce e doña Leonor, fija de don Enrique e muger del dicho don Fernando de Castro, avía… en la villa de Torrestío».

También en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid existe un pleito fechado en el año 1661 entre los vecinos de Torrestío y los de Quirós porque estos últimos prindaban los ganados de los primeros, con el consiguiente pago de una multa por su rescate. Comienza así: «Salvador de Lemos, en nombre del Consejo de Justicia y Regimiento de la villa de Torrestío. Aquí, ante vuestra Alteza, como mas aya lugar, me querello y pongo demanda al concejo y vecinos, Justicia y Regimiento de Quirós. Y contando el caso de ella por relación berdadera, digo es así que dicho concejo y vecinos de Torrestío para yr a inbernar con sus ganados mayores y menores al vuestro Principado de Asturias, a las partes y sitios que llaman Las Marinas, les es preciso pasar con dichos sus ganados por el dicho concejo de Quirós y por sus términos y cannadas, yentes y binientes como ganados de hermandad del concejo de la Mesta». Otra vez Torrestío vuelve a ser calificada como villa.

«Los sitios que llaman Las Marinas» no sólo hacen referencia al lugar del mismo nombre en Las Regueras, sino a que, para los babianos, según señala Rodríguez Hidalgo en «Cosas de Babia» (1982), los vaqueiros se acercaban al mar, sin llegar a la costa, ya que invernaban principalmente en Grado, Las Regueras, Llanera, Pruvia, Salas y Oviedo.

Por otra parte, aunque en la actualidad el camino más fácil o cómodo, por contar con unas mejores infraestructuras viarias, sea de Proaza al puerto de Ventana por el concejo de Teverga, este camino no era el utilizado tradicionalmente por los vaqueiros hasta Torrestío. No se debe olvidar que el antiguo camino de Teverga no discurría por donde la actual carretera, que no se abrió hasta después de construir la de Quirós en 1864. Esto también lo reconocía en 1792 Jovellanos («Diarios», Madrid, 1915), quien, cuando un pariente suyo le recomienda ir por Teverga al planear su viaje a Babia, lo rechaza por ser «extravío». No obstante, de vuelta a Gijón desde Torrebarrio, en Babia, se dirige hasta La Cruz (que señala la unión de los dos caminos de Ventana y de Torrestío para el puerto de la Mesa) para seguir a la ermita de San Mamés (en Torrestío de Abajo), Vega, Torrestío, la Mesa, Venta del mismo nombre, ermita del Ángel y, dejando a la izquierda el de la Mesa, toma el camino de Teverga del que comenta el ilustre gijonés: «Y empieza a bajar el peor camino que pasé en mi vida. Lo que más incomoda es la gran altura por donde se va y el enorme precipicio que hay a la derecha. La bajada es cruel por la peña viva, arenisca, en vueltas y revueltas tomadas por una senda estrechísima. Después de mil afanes, se baja al lugar de Barrio». Con esta descripción, no parece muy adecuado para el tránsito de los vaqueiros con sus enseres y ganados.

Como hemos visto en el pleito citado líneas más arriba, para los vaqueiros que se dirigían a Torrestío era «preciso pasar con dichos sus ganados por el dicho concejo de Quirós». Y es que, antiguamente, el camino más recto y fácil era el camino real quirosano, como así demuestra también el diagnóstico del ingeniero M. Vierna, en el siglo XVIII, tras el reconocimiento de los puertos de la Mesa, Ventana (de Quirós), Pajares y San Isidro para la elección del lugar más idóneo para la apertura de la carretera que uniera la Meseta a Oviedo y Gijón, si bien al final acabó realizándose por el puerto de Pajares. Además, en las respuestas al interrogatorio de Tomás López, a finales del siglo XVIII, y en el informe de M. Vierna, se dice que, por las favorables condiciones del camino real de Quirós por el puerto de Ventana, era el más utilizado, si no el único, por los «coches» (carros) para entrar a Asturias.

Así, vaqueros, arrieros y viajeros en general que llegaban a Quirós en dirección a Babia desde Pedroveya continuaban por La Merced, Bermiego, Villar de Salcedo o San Pedro, Castañedo, Bárzana, Santa Marina, Rodiles, Ronderos, El Pusadorio (en Ricabo), ermita y venta de Trobaniello, Bocarón de Ventana, Suventana y Porcineiru hasta La Cruz, donde el camino, como ya dijimos, se dividía en dos: el de Torrebarrio para Castilla y el de Torrestío para la Mesa. Éste era el camino real alto. Pero también podían tomar el bajo que desde Villamejín, en Proaza, llegaba a Aciera, Las Agüeras y Arrojo hasta la capital quirosana, Bárzana, donde se unía al camino real alto para continuar hasta el puerto de Ventana. Ésta es una descripción muy resumida. Si se desea conocer más detalles del camino quirosano, recomendamos consultar nuestro libro «El territorio de Quirós en la época medieval» (Bárzana, 2009).

Son muchos los que, por la importancia del camino de la Mesa, la cual nosotros no despreciamos, y por desconocimiento de los antiguos caminos de Teverga antes de la construcción de la carretera, creen que éste era el camino utilizado para llegar a la capital ovetense y zona central de Asturias. Sin embargo, y como también indica Jovellanos, el camino de la Mesa «baja para Grado y Salas». Es decir, para el occidente asturiano. Y es que incluso antes de la construcción de la carretera, los teverganos que querían ir a Oviedo pasaban al concejo de Quirós (unos por la collada de Páramo, otros por la de Bustramundi), o la otra opción era seguir hasta Linares de Proaza y bajar a Villanueva de Santo Adriano o a Trubia, para continuar hasta la ciudad ovetense.

Queremos finalizar diciendo que, a pesar de estas puntualizaciones sobre la historia y ruta de Las Regueras-Torrestío, no significa que no apoyemos esta interesante idea proyectada por los ayuntamientos de San Emiliano y Las Regueras, y con la colaboración de los de Oviedo, Santo Adriano, Proaza, Quirós y Teverga, para un merecido reconocimiento de los vaqueiros.