Derechos del consumidor, ¿qué derechos?
Escribo esta carta totalmente indignado ante lo que considero una total indefensión de los consumidores frente a las empresas de telefonía, sin que, al parecer, ninguno de los organismos privados o administraciones públicas que debieran defender a los mismos, y a los que se les llena la boca hablando de los derechos que nos asisten, puedan o quieran hacer algo para revertir esta situación.
Hace ya casi un mes que adquirí un teléfono móvil en una tienda de Avilés, por el que aboné mediante tarjeta de crédito 609 euros que, por supuesto, ya me han sido descontados de mi cuenta bancaria. Dicho terminal, que no pudo ser probado en la tienda al no estar presente el usuario del mismo, no funcionó ni un solo día, ya que, nada más instalarle la tarjeta, se quedó bloqueado. A los dos días me persono en la tienda solicitando que me sustituyan este terminal por uno nuevo. La empleada no me dice que no pero manifiesta que necesita el permiso de su supervisora y que, como es sábado, ésta no trabaja, por lo que quedamos emplazados al martes, por ser el lunes festivo en Avilés, no sin antes tener que exigir que me entregase algún tipo de justificante, ya que pretendía que le dejase en la tienda tanto el móvil como el contrato de renuevo que habíamos firmado con la compañía, es decir, yo tenía que dejar allí el dinero, el móvil, la documentación... Y ella a mí no me entregaba nada. ¡Absurdo!
Tal y como habíamos quedado, el martes volvemos a la tienda. La empleada manifiesta ahora que ya tiene el permiso de su supervisora, pero que, cumpliendo el protocolo establecido por la compañía, le falta ahora la autorización del servicio técnico, y que no sabe cuánto tiempo va a tardar en recibirlo, cosa que la empresa corrobora a través de un email de respuesta al que yo envié a su Servicio de Atención al Cliente. Ante lo que considero una falta de respeto, solicito una Hoja de Reclamaciones que presento al día siguiente a través del Registro General del Ayuntamiento de Avilés, no sin antes llevarme la sorpresa de que la persona que previamente me atendió en la Oficina de Atención al Consumidor de dicho Ayuntamiento poco menos que justificase el comportamiento de la empresa/tienda y les diese la razón. Por supuesto, de dicha reclamación no he vuelto a saber nada hasta el día de hoy.
A partir de entonces, en cada una de las múltiples visitas que he realizado a la tienda sólo recibo una respuesta de la empleada: No sé nada del tema. Aún no me ha llegado la autorización. Sólo queda esperar.
Bien, pues si ya me siento indignado por que puedan suceder hechos como los que acabo de relatar, más me indigna aún el comprobar que sucesivos contactos con Asociaciones de Consumidores como UCE, e incluso con abogados particulares para explorar la posibilidad de reclamar lo que es mío a través de la Administración de Justicia, han tenido en todos los casos respuesta negativa: la empresa está en su derecho y no se puede hacer nada. Sólo esperar.
Es decir, vuelvo a repetir: hace un mes que he pagado 700 euros por un móvil y no tengo aún ni el dinero ni el terminal, ni tampoco tengo ninguna previsión de cuándo podré tener el aparato ya que, por supuesto, de recuperar el dinero ni hablamos, porque, si lo intentase, el delincuente sería yo, y seguro que entonces sí que la otra parte podría hacer valer sus derechos. ¡Faltaría más!
Termino preguntando a las diferentes administraciones implicadas y a las asociaciones "de consumidores" (je, je): ¿De verdad que nos quieren convencer de que los consumidores tenemos algún derecho? Mi opinión es, por supuesto, que ninguno. Sólo me queda desearles al resto de los consumidores que tengan suerte con sus compras, porque estoy seguro de que aquí no hay compañías ni mejores ni peores. Sólo depende de que no te toque tener un problema con cualquiera de ellas ya que, de ser así, está claro de antemano quién se va a llevar la peor parte.
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