Tolerancia cero

10 de Mayo del 2014 - José Luis Peira García (Oviedo)

Hoy ya nadie cree que el hombre descienda del mono, o no al menos de monos conocidos hoy, ya que en el pasado, antes de la especie Homo, nuestros antecesores eran sin duda primates con carta de origen. A ciertos aristócratas y realezas varias habría que recordarles eso de que todo linaje tiene como antepasado un gusano que se arrastró por el barro. Sin embargo, observando a algunas personas, uno duda de lo que la ciencia asegura; que hubo un proceso evolutivo único que arrojó una especie singularmente dotada de intelecto

Detrás del espectáculo que cada semana ofrece el fútbol ha habido siempre una masa zafia exponente de una sociedad que tiene mucho por mejorar. Resulta que últimamente desde todos los ángulos del universo futbolero esa zafiedad chabacana parece embadurnar muchas de sus formas de expresión y a mi entender eso es alarmante porque nos estamos acostumbrando a que eso sea normal cuando, a todas luces, no lo es. Naturalmente no hablo de todos, aunque tampoco de unos pocos. Desafortunadamente.

Una caterva de gañanes que no tienen nada mejor que hacer que aguardar de madrugada en el aeropuerto para insultar a los jugadores, o que les esperan a la salida del estadio para increparles, no son aficionados, y en este extremo la prensa tiene una responsabilidad capital, pues debe llamar al pan, pan, ya que no son aficionados quienes envalentonados por el número de su pandilla y cierta impunidad que da la tolerancia social alteran con bronca la normalidad cotidiana. No lo son, tampoco, quienes domingo a domingo, envueltos en los colorines de sus clubes y animados sin duda por la masa que les ampara, profieren insultos y consignas racistas, xenófobas, fascistas o arrojan objetos en ocasiones peligrosos para jugadores y espectadores.

Pero claro, qué se puede hacer si el ejemplo que tienen para identificarse estas mentes simples son ciertas tertulias, por llamarlas de alguna manera, futboleras en las que individuos exaltados sin atisbo de razonamiento elemental defienden ridículas posturas con las venas del cuello hinchadas y los ojos fuera de las órbitas. Qué se puede esperar de unos y otros si el presidente de la federación correspondiente lleva décadas en un cargo que le ha hecho millonario y aún hoy dice fúrbol. Qué esperanza queda si en la presidencia de los grandes clubes es tan frecuente encontrar personajes adheridos al pelotazo no deportivo, a las cuentas opacas, a usos y costumbres que ya en órganos internacionales comienzan a sancionar.

Quizá no se pueda evitar que tales mentecatos pululen, pero distanciarse de ellos y sus formas es una profilaxis de necesidad. No reírles las gracias, o amortiguar al vandalismo llamándolo hinchada o evitar contiendas televisadas en las que los comportamientos y el nivel intelectual apenas difieren del de un clan de prosimios.

Disfrutar con un espectáculo es una cosa, si a alguien le amarga la vida la derrota de su equipo debe hacérselo mirar cuanto antes. Ignoro por qué se ha establecido que alguien, con sólo ir ataviado con ciertos símbolos, puede acudir a un lugar público a increpar como un tarado, atemorizar a los transeúntes y, en definitiva, comportarse como un babuino sin vacunar. Alentar con cualquier tipo de tolerancia esos comportamientos impresentables es abonar una hidra de siete cabezas que tarde o temprano vamos a lamentar. No parece edificante que un aficionado no pueda exhibir sus amados colores en según qué sitio pues no son el fútbol ni sus recintos espacios ajenos a la norma superior de convivencia que se llama Constitución o las leyes que de ella dimanan y nadie debe ser discriminado o no tolerado por sus ideas, raza, cultura o procedencia. Si la etiqueta de ese mundillo considera apropiado insultar a un negro o a quien enarbola un símbolo diferente, si es comprensible que jugadores de 8 años tengan padres que insulten y golpeen a los árbitros, entonces debo pensar que en este planeta sobra gente.

Y no me refiero a los parántropos a medio evolucionar, me refiero a mí. Por supuesto.

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