Pobre de usted
He leído la columna de Antonio Rico "Pobre de mí" publicada en la edición de LA NUEVA ESPAÑA del 14 de julio de 2009 y como pamplonés entiendo que el contenido de aquella es como para que tenga que estar de acuerdo en lo de pobre de usted y sólo en esto.
Pobre de usted porque dice no aguantar unas fiestas como las de San Fermín cuando posiblemente no las ha vivido nunca, y digo vivido y no disfrutado porque parece ser que usted no disfruta de o con unas fiestas. Pobre de usted, porque dice que la tele le mete todos los años los encierros en casa, que es tanto como admitir que es incapaz de apagar el televisor o de cambiar de cadena. Hay otras cadenas televisivas, pero diríase que justo le apetece ver la que precisamente retransmite los encierros. Puede que los niños sepan que a esas horas de la mañana la tele está repleta de dibujos animados pero tenga la completa seguridad de que a esas horas de un mes de julio una inmensa mayoría de niños están todavía durmiendo y los que ya se han despertado sin duda que pondrán los dibujos animados. En su columna no alude a que ciertos dibujos animados y un número considerable de películas que también ven los menores son pura violencia o de mal gusto, y no digamos la poco edificante telebasura con la que lamentablemente muchos niños tienen que merendar. Telebasura con bocadillo.
Pobre de usted que arremete contra unos encierros que sólo duran entre dos o tres minutos y que seguramente usted no conoce pero, por contra, elude censurar a esas cadenas de televisión que se han regodeado durante horas en el morbo repitiendo hasta la saciedad las imágenes de cogidas a mozos o, lo que es más reprochable, la imagen de la agonía de un bravo muchacho madrileño que para usted, por lo leído en su columna, fue un tonto. Falta de respeto hacia él y hacia su familia y falta de ética periodística de los medios de comunicación. Seguramente usted tiene que ver con algún medio de comunicación y, claro, cómo va a tirar la piedra a su propio tejado.
Pobre de usted que dice no aguantar unas fiestas y unos encierros que seguramente no ha vivido y que propone quitar los toros que despectivamente describe como un par de cuernos seguido de media tonelada de carne, pero que no propone, por ejemplo, que se supriman los vehículos de todo tipo a pesar de que se cobran miles de vidas cada año en las carreteras, seguramente para usted miles de vidas de tontos, o que se cierren las playas y las piscinas porque también hay muchos bañistas que se ahogan o que se prohíba el montañismo/alpinismo porque también muchas personas han dejado la vida en sus escaladas o que se eliminen las líneas aéreas porque todavía están recientes las tragedias de vuelos transoceánicos. La lista sería interminable y en cada uno de los ejemplos se contabilizarían muchísimas más desgracias que en los encierros de Pamplona, pero no por ello se han de suprimir los vehículos, cerrar las playas y piscinas, prohibir el montañismo-alpinismo o eliminar las líneas aéreas.
Señor columnista, una cosa es que a usted no le gusten los toros y otra que tengan que quitar los toros porque a usted no le gusten. Y dígame, ¿qué haría con toros de lidia, extinguiría la especie o quizá los trasladaría a un zoo? En cuanto a los encierros, ya sabe, el próximo año no encienda el televisor o cambie de cadena a las 8 de la mañana del 7 al 14 de julio o bien limítese a criticar a esos medios de comunicación con ansias de morbo. Por último, usted no puede decir que no aguanta las fiestas de San Fermín si no las conoce y tan sólo ha visto sus encierros, que no son todas las fiestas, a través de la tele. Yo no me atrevería a decir que usted no es aguantable pues no le conozco ni directa ni indirectamente pero sí puedo decir que lo que no se aguanta es el contenido de su columna.
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