Europa, Rusia y la mujer barbuda
A algunos les pareció un despropósito enviar a Chiquilicuatre a Eurovisión por qué no se trataba de un cantante profesional pero en realidad ya hace años que aunque se pueden encontrar algunos buenos cantantes en el festival, para gustos los colores, no es menos cierto que cada vez la proliferación de todo tipo de personajes que hace unos años pudieran considerarse lejanos a lo que un festival de la canción europeo se le suponía. Y no es sólo enviar a un humorista, a un freak, a un grupo erótico festivo, o cualquier otro reclamo para conseguir llamar la atención todo esto únicamente es fruto de un festival que supo adaptarse para conseguir sobrevivir épocas en las que estaba en franco declive y ha conseguido en las últimas ediciones que se vuelva a hablar de él, renovarse o morir .Las canciones ya son lo de menos y probablemente lo que menos peso tiene en las votaciones donde las alianzas y numerosos intangibles ajenos a la calidad musical determinan el ganador. En este contexto es donde nos encontramos como ganador a una mujer barbuda a la que proclamamos como garante de la tolerancia y de la modernidad Europea y se utiliza como el estandarte de los derechos de los homosexuales en la abucheada Rusia. El siguiente paso ¿sería enviar una gran carroza del orgullo gay contra los tanques de Putin?
En conclusión muy interesante la evolución de un festival de la canción europeo pero si la evolución es convertirlo en un lugar reivindicativo de temas importantes, ¿Podríamos ahorrarnos el parlamento europeo y enviar a cantar a los Eurodiputados?
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