El buen humor: el gran fármaco antienvejecimiento
Contemplar la belleza de la vida, descubrir en cualquier momento los múltiples alicientes que supone vivir, son los ingredientes esenciales para conseguir un alto grado de bienestar y, por supuesto, asegurar y reforzar la salud mental. El humor y la risa, dos caras de la misma moneda, constituyen un potente antidepresivo que podemos activar en cualquier momento, ya que fortalecen nuestro sistema inmune. Además, el «jogging» del humor calma nuestro sistema nervioso y produce ideas y emociones positivas. Antonio Mingote lo ha expresado con meridiana claridad: «El humor es el ingrediente necesario para vivir». Ciertamente, el buen humor y el buen ánimo son capaces de disminuir e, incluso, neutralizar la ansiedad y el estrés cotidiano. Y, efectivamente, estas personas tienen menos posibilidades de padecer accidentes cardiovasculares. Oscar Wilde, por ejemplo, decía: «Hago ejercicio a menudo; mira, precisamente ayer, tomé el desayuno en la cama». Se trata de sujetos que se ríen hasta de su sombra y que te demuestran lo bien que han envejecido a pesar de no haber tenido una vida especialmente fácil. El mismo emperador Augusto abundaba en el sentido del humor. Sus biógrafos dicen que llegó a una edad avanzada y era de carácter apacible y moderado, poco amigo de los placeres de la mesa, apasionado por las ciencias y las artes, comía sólo alimentos sencillos y sólo cuando tenía hambre; bebía muy poco vino, pero le gustaba que sus comidas estuvieran rodeadas de un ambiente agradable; poco antes de morir dijo a sus cortesanos y familiares que lo rodeaban: «Aplaudid, amigos míos, la comedia ha terminado». Era lo que pensaba de la vida, que todo era una sencilla comedia.
Las personas activas, felices y longevas saben ganar continuamente en serenidad, apretar el botón del descanso y tener tiempo para estar consigo mismas. Saben disfrutar del momento presente, del cuidado y del respeto y no se dejan llevar por el ritmo frenético de la sociedad actual.
Subtítulo: El buen ánimo como contrapeso a la ansiedad y el estrés
Destacado: De todos los canales afectivos, la sonrisa es el más peculiar, el más expresivo; una mensajera de bondad que ilumina nuestra vida
Así, pues, de todos los canales afectivos, la sonrisa es el más peculiar, el más expresivo; una mensajera de bondad que ilumina nuestra vida. Una simple película de los hermanos Marx que me desternilla de risa tiene efectos anestésicos, antidepresivos y, además, actúa como un buen hipnótico. La risa libera endorfinas como dopamina, serotonina y noradrenalina, es decir, las hormonas de la felicidad del cerebro. La risa permite controlar el dolor, mejora el estado de ánimo, normaliza la tensión arterial, regula el sueño y la propia energía vital. Asimismo, la risa estimula el sistema inmune, produciendo una elevación de la actividad de los linfocitos NK y de los anticuerpos, lo cual permite potenciar la inmunidad contra infecciones y tumores. Entre cien y doscientos espasmos diarios de risa equivalen aproximadamente a diez minutos de ejercicio físico intenso. Los ataques de risa y las carcajadas ejercitan los pulmones, el corazón y un gran número de grupos musculares. Además, se produce una disminución en la concentración de hormonas del estrés, así como un incremento en la respuesta inmune. Hay que reír más para mejorar nuestra salud. Y en tiempos de crisis socioeconómica y cultural, como la que atravesamos en estos momentos, el sentido del humor y la risa se convierten en los mejores aliados para no caer en el abismo de la depresión, de la desesperación y de la enfermedad. Y, además, con seguridad, nos ayuda a encontrar nuevamente el camino de la felicidad. El humor actúa como una válvula de seguridad que nos permite liberar tensiones, disipar preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de las emociones más negativas. Silvio, de 88 años, me comentaba lo siguiente: «Sin humor te vas hundiendo poco a poco; se puede decir: “Estoy cansado”, pero nunca se debería decir: “Hoy no estoy para bromas”». El buen humor también permite mejorar la propia autoestima personal, reduciendo las posibilidades de caer en la telaraña de la depresión.
En fin, el buen humor ejerce un poder terapéutico esencial, neutralizando la ansiedad y potenciando la confianza y la seguridad de la persona mayor. Sin duda, el buen humor, un gran predictor de la longevidad. Asimismo, el sentido del humor implica desarrollar la creatividad y la inteligencia, al mismo tiempo que contribuimos a generar un ambiente menos hostil, más motivante y estimulante. El humor es un escudo protector que nos aleja del horror de la enfermedad, del sufrimiento y del dolor. El humor es una forma de combatir el estrés y la tensión, de romper el hielo en situaciones difíciles, de fomentar la confianza y reducir el temor. Además, la risa inherente al humor no provoca arrugas, sino todo lo contrario, ya que se ejercitan todos los músculos faciales. Combate igualmente la oxidación de las neuronas, el estrés, los trastornos del sueño y la depresión.
Cualquier película de humor, «Una noche en la ópera», «El maquinista de La General», «Todas son magníficas», «Con faldas y a lo loco», contribuye a mejorar nuestro estado anímico. Películas de Charles Chaplin, los hermanos Marx, Berlanga, el Gordo y el Flaco, Pepe Isbert, Paco Martínez Soria, etcétera, son muy gratificantes para estimular nuestro estado afectivo. El inventor de Brasilia, Oscar Niemeyer, el único arquitecto que vio en vida su obra reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, falleció el día 7 de diciembre de 2012 a los 104 años de edad. Sin duda, este gran arquitecto se hizo eterno a través de sus obras. A lo largo de su vida perdió a muchos de sus seres queridos. Sin embargo, se resistió frente a la melancolía y a la tristeza. Su realidad fue otra. Su filosofía era la importancia de vivir el ahora, los amigos, la vida en cada momento. Oscar Niemeyer decía: «Lo que importa en cuanto estamos aquí es la vida, abrazar a los amigos, a la gente, ser feliz».
Ciertamente, la persona con sentido del humor contempla los problemas de la vida a distancia, como si el mundo fuera un gran teatro; el individuo disfruta del espectáculo de la vida y, además, todos los problemas y eventos de la existencia los convierte en fuente continua de aprendizaje. Además, la risa produce un efecto de oxigenación, favorece el efecto analgésico, permite el rejuvenecimiento de la piel, previene las enfermedades cardiovasculares, facilita el sueño, mejora los síntomas menopáusicos y potencia el sistema inmunológico. También elimina el estrés, libera endorfinas y adrenalina, que elevan el tono vital y el estado de vigilia. Asimismo, alivia la depresión (permite ver y sentir el lado positivo de las cosas) y facilita la exteriorización de emociones y sentimientos de la persona mayor. En fin, el buen humor y su aliada la risa son la mejor actitud ante la vida; te ayudan a sentirte pleno, alegre, vital, feliz y enérgico. Es el gran fármaco antienvejecimiento. Qué impagable ese momento en el que algo, un libro, una escena en la calle, un recuerdo, una imagen, un efecto sorpresa, un chiste, produce la risa que brota limpia y fresca. Hay que reír como los dioses del Olimpo. Tenemos que organizarnos en la hermandad de la risa, erigiendo en nuestra vida el monumento a la alegría. Incluso Cervantes, en su lecho de muerte, escribió las más hermosas y alegres páginas de nuestra literatura, finalizadas con aquella famosa frase «adiós, donaires».
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

