Intolerable
Antena-3, 10.25 de la mañana en el programa «Espejo Público»: en el debate sobre el vil asesinato de la presidenta de la Diputación de León condenado por toda la sociedad, uno de los colaboradores habituales afirma textualmente que «para la esposa de un policía es muy fácil conseguir un arma de fuego en el mercado negro...»
Me parece intolerable esta sentencia de «experto». Se está traspasando peligrosamente la sutil separación entre la especulación y la realidad; pero además los hay que, dándoselas de periodistas serios, crean cierta predisposición de la sociedad hacia el colectivo policial y sus familias. ¿Cómo que a la esposa de un policía le resulta fácil acceder a un arma de fuego...?
No es la primera vez que defiendo en este foro de LA NUEVA ESPAÑA la integridad, profesionalidad y honestidad por definición de los integrantes del Cuerpo Nacional de Policía, incluso he arremetido aquí contra algún policía violento grabado en vídeo que deshonra al CNP con su actuación injustificada frente a personas y por lo cual ha sido convenientemente sancionado. Para conocimiento de los amables lectores resumo los siguientes puntos a continuación:
El funcionario del CNP está obligado a custodiar convenientemente desarticulada su arma reglamentaria cuando no se halla de servicio, depositada en una caja fuerte en su domicilio o en su lugar de trabajo, y asimismo debe obligatoriamente portarla protegida y con el seguro activado durante su ejercicio profesional.
La facilidad de acceso de cualquier miembro de su familia a la compra de armas de fuego en el «mercado negro» es idéntica a la que posee cualquier ciudadano, desgraciadamente cada vez más extendida a través de internet con fines delictivos: la base de datos policial que contiene páginas informáticas donde se ubica la venta ilegal de armas nunca está al alcance de las familias de los funcionarios del CNP, obligados por secreto profesional a no divulgar ninguna información policial en su entorno familiar y privado.
No parece adecuada ni oportuna la frivolidad con que se realizan afirmaciones de este tipo, totalmente arbitrarias en un contexto tan dramático como el cruel asesinato de doña Isabel Carrasco.
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